TAIMADO, significó y en parte de América todavía significa ‘obstinado’, y se tomó del port. taimado ‘astuto, malicioso’, que es variante dialectal de teimado ‘obstinado’, derivado de teima ‘obstinación, tema’ (de igual origen que esta palabra cast.), de donde se pasó a ‘enfurruñado, que se obstina en no hablar’ y de ahí ‘taimado’.
1.ª doc.: 1539, Ant. de Guevara, Menosprecio, Cl. Cast. 152.19.
Es evidente que hay que partir del port., donde también se emplea taimado «fino, repassado, velhaco, cadimo, e muito astuto, malicioso», ya documentado en textos de med. S. XVI, también ataimado con igual valor y por la misma época (Moraes, Fig.), en Galicia taimouco ‘taimado’, taimeria, taimouca ‘malicia, picardía’ (Cuveiro, pero no Vall. ni Carré); y no es menos claro que en portugués es variante fácilmente explicable de teimado participio de teimar «obstinar-se, insistir; pretender com insistência», a su vez derivado de teima ‘tema, obstinación’: por su parte éste se explica como variante de THEMA, por influjo de otros cultismos semejantes, como freima ‘flema’ PHLEGMA o amorreima (~ amorreuma HAEMORRHEUMA)3. La forma con a se deberá a la pronunciación dialectal del Sur portugués, donde ei suena como ai: desde el Sur de Portugal esta ac. secundaria debía de propagarse al Norte del país, a Galicia y a tierras de lengua castellana. El cambio de sentido se explica fácilmente pasando por la ac. chilena ‘amorrado, que tiene la murria, que se enfurruña’, que es una forma de terquedad, y que por otra parte pasa fácilmente a ‘el que observa y obra astutamente sin hablar’ (nótense las definiciones de Percivale y Covarr.). Muy lacónicamente ya Baist indicó que taimado venía del port. teima (KJRPh. VI, 383, 397), y yo di un anticipo de esta etimología en RFH VI, 165n.4; con estas excepciones, nadie ha tratado de la etimología de nuestro vocablo (exceptuando las sugestiones desencaminadas de Covarr. y Sz. de las Brozas, reproducida ésta en aquel dicc.).
DERIV.
Taima (V. arriba). Taimarse (íd.; ‘volverse taimado’ en Catamarca: Avellaneda). Taimería [Cervantes]4.
1 Ya Andrés Bello desaprobaba el uso chileno de taima, que más tarde ha admitido la Acad.; Oroz y Pino Saavedra observan que es de uso general en aquel país para ‘emperramiento, empecinamiento’ (ej.: le dió una taima).― ↩
2 Hablando de unos criollos insurgentes que han caído prisioneros de los realistas: «en vano predicaba el cura a los reclusos y más inútilmente los denostaba el otro. Abroquelándose en su taimada vejez, los gauchos enflaquecían, torvos, sin disentir con una queja» (La Guerra Gaucha, 2.ª ed., p. 109); «sus ojillos se taimaban cuando oían relatos de combates» (p. 153), donde se trata de un insurgente medio idiota, no está claro si es algo semejante, o bien ‘se llenaban de una expresión astuta’ o ‘se animaban’.― ↩
3 Esta explicación del diptongo de teima es de Spitzer (AILC III, 21 y MLN LXXIV, 130, donde puede verse algún dato más).― ↩
4 «Estaban los dos amancebados con dos mujercillas, no de poco más o menos, sino de menos en todo; verdad es que tenían algo de buenas caras; pero mucho de desenfado y de taimería putesca» Coloquio de los Perros, Cl. C., p. 261. Así en la ed. príncipe, y reaparece en el entremés del Vizcaíno Fingido del propio Cervantes, y en la Villana de Vallecas de Tirso (citas de Cuervo, Disq., 1950, p. 450). En el Coloquio de los Perros otras ed., como la de 1655, traen taimonía, y en esta forma le dió entrada Aut., y así quedó en Acad. hasta 1869; parece ser forma real, a la cual corresponde castellanamente «que os tiréis desas porfías / y aun aquesas temonías / no las queráis más tener» Lucas Fernández (24), con el sentido etimológico. ↩