TAIMADO, significó y en parte de América todavía significa ‘obstinado’, y se tomó del port. taimado ‘astuto, malicioso’, que es variante dialectal de teimado ‘obstinado’, derivado de teima ‘obstinación, tema’ (de igual origen que esta palabra cast.), de donde se pasó a ‘enfurruñado, que se obstina en no hablar’ y de ahí ‘taimado’.

1.ª doc.: 1539, Ant. de Guevara, Menosprecio, Cl. Cast. 152.19.

Ahí está ya en el sentido moderno: «como viene uno de nuevo a la Corte, luego le encandila, le regala y le acaricia alguna cortesana taimada»; también Juan de Torres (1596): «la experiencia los tiene marcados por mui taimados, astutos y maliciosos» (citas de Aut.); «no es todo oro lo que en ellos reluce; uno dicen y otro piensan; pero hanlo habido conmigo, que soy taimada, y sé dó me aprieta el zapato» La Señora Cornelia (ed. Hz. Ureña, p. 179); «de humildes padres hija / ... / de pajes fué orinal y de picaños, / hasta que por barata y por taimada, / un caballero de la verde espada / la puso casa, y la sirvió dos años» Góngora (con otro ej. semejante en el dicc. de Alemany); en el navarro Arbolanche (1566) es ‘traidor’ (hablando de una amada infiel) 59r22; sentido menos claro en 22r11. Así lo entienden también los dicc. clásicos: «taymado: a close subtill fellow» (Percivale), «taymado: fin, meschant, rusé; taymada ramera: une rusée putain» (Oudin), «bellaco, astuto y señalado, que passa los ojos por todo y lo advierte calladamente» (Covarr.), «bellaco, astuto, dissimulado y pronto en advertirlo todo» (Aut.). Pero la ac. ‘obstinado’ no es inaudita a med. S. XVI: «Con buey ara que surco no perderá: / para hombres reherjados, hechos a su voluntad, / muy tiesos y porfiados, / de otros así, tan taimados, / tenemos necesidad» Sebastián de Horozco (BRAE III, 601); ataimado parece también significar ‘terco’ en un pasaje de Lope «decí amén, hombre ataimado, / y dejemos de reñir», BRAE XXVI, 294). También se encuentra en los clásicos, aunque raramente, el sustantivo taima ‘astucia, malicia, acto propio de taimado’: «agora todo es taimas y reveses / y en saliendo del maternal regazo / procura cada cual sus intereses» Vicente Espinel (RABM 1904, 413). Lo mismo taima que taimado siguen empleándose en Chile, pero en su sentido etimológico de ‘obstinación’: «taima: obstinación de una persona que se da por agraviada u ofendida, se aferra a su idea y no habla ni obedece; es más propia de los niños...», «taimarse: amorrarse, obstinarse, encapricharse, emperrarse», «taimado: amorrado, caballero en su propósito, empeño, porfía, dictamen, opinión, temoso...» (Román, quien lo cita en un dicc. chileno del S. XVIII)1. Estas acs. no son ajenas a la Arg., a juzgar por el empleo de taimoso ‘pertinaz’ en Ascasubi: «al ver eso el sanjuanino / volvió a decirle taimoso: / ―Yo soy alcalde cargoso; / respondé pronto, asesino, / y no te hagás el sarnoso» (Santos Vega, v. 3939); lo mismo parece significar en el norteño Leopoldo Lugones2. En el Ecuador taimado ha tomado el sentido de ‘reposado, lento, perezoso’ (Malaret, Supl.).

Es evidente que hay que partir del port., donde también se emplea taimado «fino, repassado, velhaco, cadimo, e muito astuto, malicioso», ya documentado en textos de med. S. XVI, también ataimado con igual valor y por la misma época (Moraes, Fig.), en Galicia taimouco ‘taimado’, taimeria, taimouca ‘malicia, picardía’ (Cuveiro, pero no Vall. ni Carré); y no es menos claro que en portugués es variante fácilmente explicable de teimado participio de teimar «obstinar-se, insistir; pretender com insistência», a su vez derivado de teima ‘tema, obstinación’: por su parte éste se explica como variante de THEMA, por influjo de otros cultismos semejantes, como freima ‘flema’ PHLEGMA o amorreima (~ amorreuma HAEMORRHEUMA)3. La forma con a se deberá a la pronunciación dialectal del Sur portugués, donde ei suena como ai: desde el Sur de Portugal esta ac. secundaria debía de propagarse al Norte del país, a Galicia y a tierras de lengua castellana. El cambio de sentido se explica fácilmente pasando por la ac. chilena ‘amorrado, que tiene la murria, que se enfurruña’, que es una forma de terquedad, y que por otra parte pasa fácilmente a ‘el que observa y obra astutamente sin hablar’ (nótense las definiciones de Percivale y Covarr.). Muy lacónicamente ya Baist indicó que taimado venía del port. teima (KJRPh. VI, 383, 397), y yo di un anticipo de esta etimología en RFH VI, 165n.4; con estas excepciones, nadie ha tratado de la etimología de nuestro vocablo (exceptuando las sugestiones desencaminadas de Covarr. y Sz. de las Brozas, reproducida ésta en aquel dicc.).

DERIV.

Taima (V. arriba). Taimarse (íd.; ‘volverse taimado’ en Catamarca: Avellaneda). Taimería [Cervantes]4.

1 Ya Andrés Bello desaprobaba el uso chileno de taima, que más tarde ha admitido la Acad.; Oroz y Pino Saavedra observan que es de uso general en aquel país para ‘emperramiento, empecinamiento’ (ej.: le dió una taima).―

2 Hablando de unos criollos insurgentes que han caído prisioneros de los realistas: «en vano predicaba el cura a los reclusos y más inútilmente los denostaba el otro. Abroquelándose en su taimada vejez, los gauchos enflaquecían, torvos, sin disentir con una queja» (La Guerra Gaucha, 2.ª ed., p. 109); «sus ojillos se taimaban cuando oían relatos de combates» (p. 153), donde se trata de un insurgente medio idiota, no está claro si es algo semejante, o bien ‘se llenaban de una expresión astuta’ o ‘se animaban’.―

3 Esta explicación del diptongo de teima es de Spitzer (AILC III, 21 y MLN LXXIV, 130, donde puede verse algún dato más).―

4 «Estaban los dos amancebados con dos mujercillas, no de poco más o menos, sino de menos en todo; verdad es que tenían algo de buenas caras; pero mucho de desenfado y de taimería putesca» Coloquio de los Perros, Cl. C., p. 261. Así en la ed. príncipe, y reaparece en el entremés del Vizcaíno Fingido del propio Cervantes, y en la Villana de Vallecas de Tirso (citas de Cuervo, Disq., 1950, p. 450). En el Coloquio de los Perros otras ed., como la de 1655, traen taimonía, y en esta forma le dió entrada Aut., y así quedó en Acad. hasta 1869; parece ser forma real, a la cual corresponde castellanamente «que os tiréis desas porfías / y aun aquesas temonías / no las queráis más tener» Lucas Fernández (24), con el sentido etimológico.