TAFETÁN, del persa tāftah ‘paño de seda’, ‘vestido de hilo’.

1.ª doc.: 1348.

En los Fueros aragoneses de esta fecha: «pellot et tavardo, de omne, en los quales no aia forradura de cendales o tafatanes: 6 sueldos; et si forraduras de cendal o de tafatán hi avrá... 10 sueldos» (RFE XXII, 20). La forma tafatán aparece con mucha frecuencia en inventarios aragoneses de este siglo y el siguiente, desde 1362 (RFE XXII, 150). Una variante tafatá, que copia más fielmente la catalana, está en el Corbacho, ed. Pz. Pastor, 173. Tafetán es ya lo que traen Covarr. y Aut. (con ejs. del S. XVII). Quizá tengamos otra variante en un invent. de la Catedral de Toledo, del S. XIV o XV: «otro manto para Santa María, barrado por fuerça, la una vía de taftaf viado, y la otra de un paño labrado con oro» (RFE X, 134). El persa tâftah es propiamente el participio pasivo del verbo tāftan ‘brillar’, ‘torcer’, ‘hilar’. Al castellano debió de llegar por vía del comercio mediterráneo, desde el it. (taffetà) y el cat. [tafetà, pl. tafetans, 1397]: la procedencia catalana se confirma por la -n y por la vacilación entre -e- y -a-; del it. se cree se tomó el fr. taffetas [1314], y de ahí el ingl. taffeta [1373]. Vid. Diez, Wb., 313; NED, s. v.

DERIV.

Atafetanado.