TABAQUE ‘cestillo’, del ár. ƫábaq ‘fuente, bandeja’, ‘canastillo’.

1.ª doc.: 1331, invent. arag.

Donde se lee «tres tabaques y un tallador, pintados», BRAE II, 552. Aproximadamente por el mismo tiempo escribió don Juan Manuel su Tratado sobre las armas, donde también se lee tabaque para ‘espuerta o canastillo de mimbres’, Rivad. LI, p. 261. En las Leyes de Moros de los SS. XIV y XV se leen tabaque y atabaque (> vco. vizc. atabaka ‘cepillo de la iglesia’, ‘urna de votación’) para ‘cesta, escusabaraja’ (Memorial Hist. Esp. V, 427ss.); en el sevillano americanizado Rosas de Oquendo, h. el a. 1600: «entro a hazer una visita, / y no acabo de sentarme, / quando entra luego una negra / cargada con un tabaque; / sácales allí una tienda / y pónenmela delante» (RFE IV, 349); en el Alfarache de Martí, «las tenderas... demás de las buenas muestras que ponen en la frontera de sus tabaques, para vender por señuelo el mal año que dentro cubren» (Rivad. III, 407). Define Aut. «cestillo o canastillo pequeño, hecho de mimbres, que regularmente sirve para traher su labor las mugeres y tenerla a mano» y cita ejs. clásicos, agregando la frase proverbial como pera en tabaque «que se dice de aquellas cosas que se guardan con cuidado y delicadeza para que estén reservadas»; así en el Quijote «...refranes... ahora se me ofrecen cuatro, que venían aquí pintiparados, o como peras en tabaque; pero no los diré, porque al buen callar llaman Sancho» (II, xliii, Cl. C. VII, 119). Sigue hoy siendo usual regionalmente, por ej. en Murcia (Lemos, Vocab. Panocho). Hubo variante altabaque, que el DHist. da en el Canc. de Baena y en la Pícara Justina.

En catalán hay tabac, empleado sobre todo en el País Valenciano («tabaque, canastillo» Lamarca; «paneret, mesura», G. Girona, s. v. destabac), mall. agafar amb tabac ‘coger en falta’ (BDLC XII, 118), y hay otra variante tabà de igual significado y ya medieval, de la cual me ocupé en BDC XXIV, 41-43.

Es el ár. ƫábaq, voz muy antigua y extendida (definida «canistrum, calathum» está ya en el glosario de Leyden, 50, 54), ya clásica con el sentido de ‘bandeja, fuente’, pero que vulgarmente equivale más bien a una especie de canastillo; V. el documentado artículo de Dozy, Gloss., 341-3. El ár. ƫábaq se pronunciaba vulgarmente ƫabáq en España, y deriva normalmente del verbo ƫábaq ‘cubrir, cerrar’.

DERIV.

De este mismo verbo deriva el ár. taƫbîqa ‘chapa de hierro con cobre, provista de un clavo, que se aplicaba al arnés de los caballos, o se empleaba para herrarlos’, de donde el cast. tabica ‘tablilla con que se cubren los huecos que quedan entre las vigas colocadas sobre el arquitrabe’ [1633, Lz. de Arenas, pp. 182 y 37; Acad. ya 1817], ‘el hueco que queda en una pared entre los maderos que asientan sobre ella para formar el techo’ (Dozy, Gloss., 344; Suppl. II, 25b). En cuanto a tabahia que la Acad. [1884, no 1843] registra como sinónimo de tabaque, es palabra de aspecto sospechoso, no documentada en otras fuentes y que probablemente estará equivocada en su forma (¿quizá tabachia, grafía de tabaquía?).