SÓRDIDO, tomado del lat. sordĭdus ‘sucio, cazcarriento’, ‘ínfimo, despreciable, innoble’, derivado de sordes ‘suciedad, cazcarria, inmundicia’, ‘bajeza’, ‘mezquindad, avaricia ruin’
1.ª doc.: 1435, Juan de Mena.
Lo emplea éste en el sentido de ‘indecente, indigno’, pero se trata de un latinismo individual y arbitrario de este poeta ultra-culto, que no encontró eco de momento. Falta en APal., Nebr., Oudin, Covarr. y es ajeno al léxico de Góngora y del Quijiote. Aut. cita luego ejs. en Esquilache (1651) y Palomino (1708); desde entonces fué extendiéndose su empleo, hasta hoy, que es palabra ampliamente usada en el estilo literario. Aut., aparte del uso en Juan de Mena, sólo le reconoce la ac. ‘sucio’, pero en los otros ejs. parece tratarse más bien de acs. morales, como ‘bajo, innoble’; la más frecuente en la actualidad es ‘avaro’: para testimonios de ésta y las demás, vid. Cotarelo, BRAE I, 609, donde se condena el uso bárbaro (por lo demás poco extendido) de hacerlo sinónimo de sordo.
DERIV.
Sordidez [S. XVII, Aut.].