SÉMOLA, del lat. SէMէLA ‘flor de la harina’; el castellano recibió este vocablo del catalán o del italiano, lo que explica la forma fonética.
1.ª doc.: sémula, APal.; sémola, 1525, Rob. de Nola (trad. del cat.), p. 81.
Ha dejado SէMէLA descendencia genuina en varios romances, it. sémola, oc. ant. semola, sembla, semol, cat. sèmola [1489, Ag.] ‘sémola’, port. sêmea ‘salvado menudo’; en gallego habría una forma como ésta, de donde *semión > simón ‘el primer salvado que se obtiene de la harina de trigo’ (Vall.), pontev. pan de ximón «pan de la segunda suerte» (Sarm. CaG. 223r). En cast. el resultado normal habría sido *sembla, mientras que la forma sèmola corresponde bien a la fonética histórica del cat. (comp. trèmol ‘tiemblo’, gèmola ‘yema’, etc.), el oc. y el it.; el cast. debió de tomarlo de uno de estos idiomas, probablemente el primero; es cierto que en el texto de San Isidoro los antiguos mss. K y N traen la variante simola (Etym. XX, ii, 20), y así no puede descartarse del todo la posibilidad de que existiera una forma *SէMŬLA en latín vulgar, de la cual podría venir sémula por vía semiculta, pero habiendo de ser éste el modo de trasmisión, se esperaría que se hubiese tomado la forma clásica. De todos modos el préstamo es más probable tratándose de un artículo comercial; el fr. semoule y el ingl. semola son también préstamos, tomados del it., pero en cuanto al cast. es más probable partir del idioma vecino, sobre todo teniendo en cuenta la fecha.