SUPINO, tomado del lat. sŭpīnus ‘tendido sobre el dorso’, ‘perezoso’.
1.ª doc.: APal. sólo como término gramatical (56c, 482d, 483b); ignorancia supina, princ. S. XVII, Fz. de Navarrete.
Med. S. XVI, Ign. de Loyola, y quizá en forma popular en T. Naharro, Gillet, HispR. XXVI, 294. No está en Covarr., Oudin ni Góngora. Sigue teniendo uso limitado, puramente literario. Con carácter popular se conservó en cat. y en port. ant.: caer sobinho repetidamente en el Graal portugués (RL XI, 53), cat. en sobines ‘boca arriba’, muy vivo hoy en Valencia y ya empleado por Lulio (Plant de Nostra Dona), también de sobines. De ahí el murc. asobinado o ensobinado ‘tendido sobre el dorso’, ensobinarse ‘tenderse boca arriba’, G. Soriano; V. además DHist. Vco. ronc. erresupinatu «caerse en mala postura, tomber à la renverse».
DERIV.
Supinación.