SOROTÁPTICO, neologismo de que me sirvo en algunos pasajes de este diccionario, y que propuse adoptar como denominación del dialecto indoeuropeo arcaico propio de los Urnenfelder, invasores de España. A éstos llamo sorotaptos, y a los campos o cementerios de urnas, que constituían su característica, doy el nombre de sorotafios. Del gr. σóρος ‘urna funeraria’ + τάưειν ‘enterrar’ (y su adjetivo verbal Ȏαπτóς). Lo único seguro que se sabe de estos invasores es que procedían del Centro de Europa y que al entrar en España, por Cataluña y el bajo Aragón, en fecha muy antigua (hacia el S. VIII antes de J. C.), trajeron consigo una variedad antigua de indoeuropeo netamente distinta del celta, o por lo menos muy diferente de todos los dialectos célticos conocidos, y más arcaica. En lo demás no hay acuerdo: se les ha identificado con los ilirios, los venéticos, los ambrones, los lígures, mientras otros creen se trata de proto-celtas y otros se contentan con hablar de una forma arcaica de indoeuropeo. Es lo más prudente y lo único que razonablemente puede asegurar el lingüista. Pero entonces hace falta un nombre cómodo y manejable, como el de sorotaptos, que tiene la ventaja de no prejuzgar ninguna de las teorías en disputa, todas posibles, pero insuficientemente fundamentadas hasta ahora, y que además se adapta mejor que ningún término imaginable al hecho reconocido de que con esta oleada étnica entraron fragmentos de otras unidades lingüísticas indoeuropeas: celtas indudables, germanos y aun quizá baltoeslavos: con el vocabulario de estos últimos, vecinos seguros de la cultura sorotáptica, se han señalado, en efecto, persistentes y notables coincidencias. V. ahora mis trabajos: Topica Hesperica 204, 241ss.; «Du nouveau sur la toponymie occitane», Beitr. z. Namenforsch. VIII (1973), pp. 259ss., 260, 277, 285; «Les Plombs Sorothaptiques d’Arles», ZRPh. XCI (1975), p. 5, 8 y passim; Estudis de Toponimia Catalana I, 95, 99; II, 153, 186, 215; vid. también los índices de mi libro Entre dos Llenguatges y de los ColPrerromSalm. 1974, donde hay dos artículos míos. V. también U. Schmoll Die Spr. d. vorkelt. Indogerm. Hispaniens u. d. Kelt., 1959; Pokorny, Zur Ugesch. d. Kelt. u. Ill. 1938, VRom. X, y las numerosas alusiones al «véneto-ilirio» a lo largo de su diccionario; y los trabajos de Mz. Pidal, Tovar, etc.1.

1 Desde 1954 el término ha hecho camino. Hoy es generalmente comprendido y lo he visto empleado alguna vez por colegas como Pisani, Schmoll, etc. En los dos primeros tomos del DECat., ya redactados y en prensa, y en el libro presente, son muchas docenas las nuevas voces residuales identificadas como sorotápticas.