SENDA, del lat. SMէTA íd.

1.ª doc.: doc. de 1207 (Oelschl.).

«Como andaluz / tomé senda por carrera» J. Ruiz 116d, «creo que otros muchos siguirán por esta senda» íd. 1699d; «senda o sendero: semita» Nebr. De uso general en todas las épocas; representado en todos los romances de Occidente; comp. Cej. VIII, § 68. En Murcia se conserva en forma mozárabe: xenta o senta en los pueblos del partido de Totana, chenta en Archena, chinta en Blanca (G. Soriano, p. lxxxiii).

DERIV.

Sendero [semedeiro, doc. leonés de 1119; semitero, 1063 y 1140; semdero 912, 964 y 1044; sendero 1059, vid. Oelschl.1; Berceo; Nebr., etc.], derivado común con el cat. sender y el fr. sentier; sendera ant.; el lat. SEMITARIUS, a que corresponde sendero, era solamente adjetivo con el valor ‘que va por semitas (sendas o callejones)’, pero en romance se diría CAMINUS SEMITARIUS ‘camino a modo de senda’, luego sustantivado; el primitivo valor adjetivo lo conserva el port., donde sendeiro se aplica al caballo o burro viejo y ruin (por ser el traído o llevado por sendas y no por el camino real; secundariamente ‘individuo despreciable’), ya documentado a med. S. XVI (Moraes); este significado, pronto eliminado en cast. a causa del triunfo de sendero = senda, debió de existir, sin embargo, en el idioma arcaico, pues de ahí derivará el verbo asenderear y su participio asendereado ‘agobiado de trabajos o adversidades’ [Quijote I, xxv, Cl. C. II, 295.25 «la pena que mi assendereado corazón padece»; II, xlviii, VII, 214.11, la Dueña Dolorida reconoce que su «hábito de dueña aniquilada y assendereada» forma contraste con su gran linaje; II, lv, VIII, 14; «a nadie le cabía en la cabeza que pudiese ser galanteador... un señor tan pálido, enclenque, melancólico y a.» Juan Valera; etc.], otras veces ‘práctico, experto’ (que conoce las sendas) [h. 1530, Fr. Ant. de Guevara, DHist.; «-rado or -reado, rare, excellent» 1591, Percivale], «senderear, quasi semita agito» Nebr.2.

1 Además las formas latinizadas semedarium León 947, M. P., Oríg., 185 (y otras citadas en las pp. 81 y 319-20); semitario, a. 1049, Escalona, Hist. de Sahagún, apénd. 3.―

2 Es forzada la explicación semántica de Covarr., s. v. senda: «asenderado, el que anda corrido y acosado por sendas» (de ahí esta supuesta explicación etimológica pasó como definición a Oudin, 1616, no 1607, y a otros diccionarios). Hay otras acs. más directamente relacionadas con el cast. sendero [«acheminé, mis au sentier» Oudin 1607; textos de Juan de Pineda, Fr. F. Núñez y autores modernos en DHist.], que son debidas a un influjo secundario de esta palabra. Hay otra pista etimológica, que será falsa según todas las apariencias; sin embargo, quiero señalarla para evitar rodeos a la futura investigación. En el Rim. de Palacio, 285c se lee: «entre todas las cosas sea siempre guardada / la grant pro comunal de la tierra lazrada, / ca en tanto fué Roma de todos señoreada, / en quanto así non fizo; después yaze abaxada» (análogamente en E). Janer enmienda ondrada en su ed., enmienda inadmisible, pero en su glosario dice, con referencia a esta copla, «sendrear: afligir, castigar»; evidentemente Janer, o el copista del S. XVIII, de cuyo texto se sirvió, leerían en el ms. sendreada en vez de señoreada, pero Janer se decidió posteriormente a corregir el texto. Ahora bien, la lectura sendreada sería preferible métricamente a señoreada, el cambio fonético de señoreado en sendreado sería tan posible y normal como el de PIGNORARE peñorar en pendrar (luego prendar), y sería fácil de concebir que sendreado ‘dominado, oprimido’ se cambiara en sendereado ‘agobiado’ por un leve cambio de matiz y una anaptixis de tipo corriente; la forma de Percivale «asendrado: troaden as a pathe» parecía apoyar esta sospecha, suponiendo una definición tendenciosa, aunque es más probable que sea mera errata. Para aclarar la cuestión pedí a mi amigo Rafael Lapesa que consultara el ms. N del Rim. de Palacio, y él me contestó desvaneciendo sabiamente mi sospecha: «sendreada es una errata de lectura. El ms. N, único utilizado por Janer, hace muy curvo el trazo de la tilde abreviatoria de nasal, hasta el punto de que el extremo viene a caer sobre la letra siguiente, tocándola muchas veces; así la tilde de sennoreada, tocando a la o, da una primera impresión de d; pero fijándose uno advierte que el comienzo del trazo es fino, y el contacto con la o no completo, mientras que en las d el trazo es grueso desde su arranque, y se continúa sin interrupción en la parte inferior. Vea V. la adjunta irritación hecha sobre el ms. [plenamente convincente]; junto a sennoreada van non, onrrados y mandado, con tildes análogas en vez de las nn, y también mucho con la tilde o trazo usual sobre la ch. He visto también los ficheros del antiguo Centro de Est. Históricos, donde no hay ninguna papeleta de sendreado ni asendreado. Tampoco en los de la Academia. Respecto a la medida del verso, aparte de que el rigor métrico del Canciller no es siempre igual, abundan los casos de sinéresis ―no en balde era vasco Ayala―; la escansión enseñorar se da en N 1344c (E 1266), en una parte de versos de 16 sílabas; además concuerda con los yerros san estremados, san por nós examinados, hemistiquios octosílabos (N 1339); por desos flacos e viles (E 1606); sola tiene desada (E 1815); que por es este pecado (E 1746); e so el poderȳó de Saul (N 1576); hay más casos (concl?imos, crer, enbȳé, señorȳó, etc.)».