SED, del lat. SէTIS íd.

1.ª doc.: Berceo.

«Suffrieron set e fanbre, eladas e calores» S. Dom., 54d. Ya es frecuente en este poeta y en sus contemporáneos (Alex., 2000, etc.); de uso general en todas las épocas y común a todos los romances. Para acs. secundarias y fraseología, vid. Aut. y Cej. VIII, § 67; nótese el curioso idiotismo hispánico no dar a uno una sed de agua «phrase con que se encarece la escasez y miseria de alguno» (Aut.), ya documentado en la Pícara Justina (Fcha.), en Quevedo (Cuento de Cuentos, Cl. C., p. 185), en Quiñones de B. (NBAE XVIII, 504), etc.1.

DERIV.

Sediento [Berceo; J. Ruiz; «siticulus» Nebr.]2. Sitibundo, tomado del vocablo latino sĭtĭbŭndus íd.

1 También en América: romance de Tucumán, I. Moya, Romancero I, p. 431; G. Maturana, D. P. Garuya, p. 19; Cuentos Tradicionales en Chile, AUCh. XCII, ii, p. 74. Más raro en forma positiva: «Hermanita de mi vida, / alcánzame una sed de agua» romance de La Rioja, I. Moya, íd., p. 432. La idea básica es ‘cantidad escasísima, que deja con sed al que la bebe’. Claro que es arbitraria la explicación de Barnils, que veía en el cat. una set d’aigua una deformación de ansat ‘cacharro’. Vid. Rdz. Marín, en Quijote, Cl. C. V, 93n.―

2 No conozco ejs. de sediente que Acad. da como ant. Sederento en Alex., 1133a no está corroborado por la medida del verso (P altera el texto): contaminado por sudorento, friorento, fedorento.