SARDANA, del cat. sardana, de origen incierto, probablemente de cerdana ‘oriunda de Cerdaña’.

1.ª doc.: cerdana, 1573, en los sonetos de Lo Frasso (con referencia a Barcelona); 1594.

En esta fecha está firmado (según la edición que cito) el autógrafo de la comedia de Lope de Vega, El maestro de dançar, cuya acción sucede en Tudela de Navarra. Ofrece ahí el maestro sus servicios: «Bailes hay mil, y entre todos / la morisca, y mil tocados. / ―¿Y en la cerdana? ―Extremados, / con lazos de varios modos». Más allá, sorprendido mientras abraza a su alumna, disimula así: «FELICIANA: ¡Bien por mi fe! ¿Así le abrazas? / FLORELA (ap. a Aldemaro): Visto nos han. / ALDEMARO (aparte a Florela: No hayas pena). / También esta vuelta es buena / cuando los brazos enlazas; / y el saltillo, en ocasión, / da al abrazo buen donaire. / FL.: ¿Hícelo yo con buen aire? / A.: Muy bien tomas la lición. / FE.: ¿Qué es aquesto? / FL.: ¡Oh, Feliciana! / A.: ¡Oh, si antes venido hubieras, / qué danza ensayar me vieras! / FE.: ¿Qué danzabas? / A.: La cerdana. / FE.: Para mujeres ¿es buena? / A.: Para máscara, escogida» (Rivad. XXXIV, 75, 85)1. Covarrubias escribe en su artículo escuela: «escuela de dançar, donde los mancebos van a deprender las danças y los bailes, como la alta y la baxa, el canario, la gallarda y el Rey Don Alonso, etc.; esto es a lo viejo: agora se han introducido las cerdanas y otras danças, de que se usa en los saraos y en Palacio». En estos dos textos no se nos dice dónde se baila la cerdana, ni consta que fuese baile popular en parte alguna, pero sí que era danza cortesana y de moda, recién introducida (por lo menos en tierras de lengua castellana), sin alusión a Cataluña. Sin embargo, era bien sabido en la época que procedía de allá, pues, además de la mención de Lo Frasso, Oudin, en su ed. de 1616 (no en la de 1607), recoge cerdana con la definición «une certaine danse qu’on use en Catalogne», y en el mismo año un castellano que viaja por Cataluña nos cuenta «se començaron por la ciudad mil çardanas, que es un baile en este Principado en las fiestas mayores mui usado» (AORBB IV, 195), donde vemos ya la forma moderna con a. En Cataluña y en catalán hay documentación más antigua, que puede verse en los libros de Aureli Capmany, La Sardana a Catalunya, y de Joan Amades La Sardana (B. 1930), y en el artículo de Amadeu Bernadó publicado en Pont Blau (Méjico, 1955) III, 276-2812, que citan 13 menciones (incluyendo las que agrego), desde 1577 hasta 1659. El Sr. Jaume Vilalta de Barcelona me comunica además la siguiente, que es la más antigua, de 1552, del Archivo Municipal de Olot: «que·s prohibescha lo ball de la sardana y altres balls desonests...» (según he comprobado en la fotocopia).

Entre las explicaciones etimológicas que se han dado, la única digna de tomarse en serio es la que identifica con el adjetivo étnico del condado y comarca de Cerdaña, como sugirió ya el diccionario de Autoridades. De entre las 13 menciones antiguas, en 5 se escribe cerdana, en otras 5 sardana y en otra çardana, y aunque con las dos grafías más frecuentes están representadas así las castellanas como las catalanas (entre las cuales podemos contar la latina de Vic de 1596), el hecho de que cerdana sea la predominante en castellano y en latín, mientras que el catalán, ya en el S. XVI, había confundido enteramente los sonidos de sa y ce, confiere a esta forma mayor autoridad fonética. Siendo acertada esta etimología deberíamos suponer que la sardana fué oriunda de Cerdaña o fué relacionada con esta comarca por una antigua creencia popular muy generalizada. No hay de lo uno ni de lo otro testimonio antiguo, aunque tampoco hay pruebas contrarias; pues si bien en el S. XIX y primeros del XX la sardana era baile sólo popular en las comarcas del obispado de Gerona, muy arraigado sobre todo en el Ampurdán, también en Olot y aun Camprodón, pero poco ya en el Ripollés y menos todavía o nada en la Cerdaña y en el Centro y Sur de Cataluña, esto es independiente de su difusión en el S. XVI y antes, que es lo que interesaría para el caso, y sólo se explica por el renacimiento que la sardana experimentó en el S. XIX en tierras ampurdanesas3. Ahora bien, en la época antigua no disponemos, como es natural, de descripciones relativas a los Altos Pirineos, ni a una comarca tan apartada como Cerdaña, pero entre las 13 menciones aludidas, además de 6 que sólo se refieren vagamente a Cataluña o no localizan en absoluto, hay dos situadas explícitamente en la ciudad de Barcelona, y las demás lo están, respectivamente, en Vic, Terrassa, Granollers, Olot y Gerona, lo cual indicaría una difusión uniforme por toda la Cataluña Vieja, que bien pudo irradiar desde Cerdaña. Y no debemos perder de vista que en la Antigüedad los ceretanos se extendieron hacia el Este por territorios bastante más amplios que la actual Cerdaña, y que en la Edad Media persistió en parte esta mayor extensión (Valle de Ribes, etc.). Por lo demás, desde antiguo aparece la sardana relacionada con la variedad de contrapàs llamada contrapàs cerdà, de cuya procedencia no se ha dudado nunca, por más que en el S. XIX también se localice en las comarcas gerundenses. Hay además indicios que permitirían creer que un baile muy semejante a la sardana tuvo en Cataluña grandísima antigüedad, pues en autores catalanes de los SS. XIV y XV (Eiximenis, I. de Billena, Llibre Vermell de Montserrat) es frecuente hablar de una danza popular llamada ball rodó, y se cita incluso un pasaje de Estrabón relativo a una danza ibérica de forma circular en honor de la Luna. Una danza de este tipo hubo de tener, pues, avatares diversos, y en uno de éstos, relacionado con la Cerdaña, debió de recibir su nombre actual; es de creer, además, que sufriera grandes cambios su estructura coreográfica, además del más conocido, que antes de 1850 transformó la antigua y tradicional sardana curta en la actual sardana llarga4.

En conclusión, el hecho de que el testimonio más antiguo venga de Olot, seguido no mucho más tarde por otro de Vic, apoya fuertemente la hipótesis de que el nombre de cerdana se creara poco antes de 1552 en la zona próxima a estas ciudades, aludiendo a algún elemento coreográfico observado en los montañeses de los valles de Ribes y vecinos (recuérdese que el valle de Camprodón era todavía en el S. XIX uno de los focos de antiguo arraigo de la danza estudiada).

1 Cerdaña, por errata evidente, en la ed. nueva de la Acad. (XII, 482, comp. pág. XXIII).―

2 Otras noticias de los SS. XVI-XVII, de interés sobre todo para la historia coreográfica de la sardana, agrega Amades en su libro Diccionario de la Dansa, 1945, y en un artículo de la revista barcelonesa Condal (Escuelas Cristianas del Colegio Condal), Navidad de 1955.―

3 La declaración de Aut. parece poder interpretarse en el sentido de que en el S. XVIII la popularidad de este baile había decaído mucho: «cerdana: danza que usaban en Cataluña, llamada assí por haberse inventado en el Condado de Cerdánia».―

4 No es extraño, por lo tanto, que del texto de Lope se deduzcan enlaces con los brazos, que son fundamentalmente ajenos a la sardana moderna; del mismo podría inferirse incluso que se trataba de un baile ejecutado por una sola pareja, aunque la situación teatral en cuestión no permite asegurarlo. Pero ya la descripción que se nos da en Barcelona en 1625 de la cerdana como de un baile en que «entran todos los que caben» nos muestra algo muy parecido a la sardana moderna. Por otra parte, del diario de un alumno del Seminario de Cordelles (Barcelona) a fines del S. XVII, citado por Capmany, parece deducirse, como observa el Sr. Vilalta, que la voz cerdana se aplicó también a un movimiento o mudanza especial en ejecución de una danza.