SALPUGA, es voz latina, aunque tal vez de origen ibérico, que no tiene por qué figurar en el diccionario castellano.
El primero en cometer la confusión fué Aut., al recoger la cita de Ambrosio de Morales (1574) «cierto género de hormigas venenosas llamaban los andaluces salpugas»: como ya muestra el tiempo pasado, se refiere Morales, en su Crónica antigua, a la España romana; el académico autor de esta letra, Diego Suárez de Figueroa, se apresuró a declarar inocentemente «es voz provincial de Andalucía». Se dió cuenta la sabia Corporación de la confusión de su miembro demasiado tarde para borrar el error, que todavía se repite en la ed. de 1783, pero ya está eliminado en 1817 y así continúa por lo menos hasta 1884. En ediciones recientes alguien ha tenido la ocurrencia de exhumar este antiguo desacierto. Covarr. sólo habla de este nombre como palabra latina y falta en Oudin y otros dicc. clásicos, así como en los glosarios de voces andaluzas. No cayó en el engaño Aldrete en su Origen, como muestra el párrafo que transcribo, advirtiendo (apenas hace falta) que aquí se toma «español» por ‘hispano prerromano’: «salpugas, que dizen es Español, y no lo es, porque Plinio dize que Cicerón las llamaba solipugas, pero en el Andaluzía les dezían salpugas (lib. XXIX, c. 4, in fine): solipugas Cicero appellat, salpugas Baetica. Y como las dezían en el Andaluzía las llamó él mismo, tratando de una región de la otra parte: de Etiopía, desierta por causa de los scorpiones y salpugas (lib. VIII, c. 29): late deserta regio est... Y Paulo por autoridad de Festo las llamó solipugas, Lucano (lib. IX) salpungas: quis calcare tuas metuat salpunga latebras. De manera que el vocablo es Latino usado de diversas maneras... Otros las llaman solifugas, porque huyen del Sol: assí lo dize Solino (c. 10)» (fº40rº2); en estas mismas fuentes pudo fundarse San Isidoro (Etym. XII, iii, 4; iv, 33; XIV, vi, 40). Los etimologistas latinos, a falta de otra cosa, se inclinan a creer que sea cierto el origen ibérico del vocablo latino, y que el influjo evidente de pungere, fugere y sol, sea únicamente por etimología popular; es cuestión confusa, sobre la cual V. últimamente Sofer, 58-59. Pero insisto en que la única duda está en si es voz puramente latina o iberismo latino. No conozco fundamento alguno para atribuir esta palabra al castellano o a su dialecto andaluz. Donde SOLIPUGA y SOLIFUGA se han conservado con carácter popular es en Cerdeña: M. L. Wagner, ZRPh. LXII, 77ss.