RONDIZ, ‘línea que sirve para medir el diámetro de las piedras preciosas’, parece tomado del fr. rondies ‘cilindros para dar forma redonda a las planchas de plomo’, derivado de rond ‘redondo’.
Del tratado para medir piedras preciosas publicado en esta fecha por Dionisio Mosquera cita
Aut.: «la solidez o peso de un diamante, perfectamente labrado, es igual al cubo de la raíz quadrada de su
rondiz», y define «la base mayor en las piedras preciosas», dando las dos variantes
rondiz y
rondís; Acad.: «plano principal del labrado de las piedras preciosas y que, al engastarlas, ocupa la parte más visible»; Terr.: «
rondiz: término de lapidarios: es la línea que sirve para medir el diámetro, etc., y le atraviesa de parte a parte puestas verticales las dos puntas; los oficiales suelen decir
redondiz; otros dicen también
rondis...». Esta variante
redondiz-rondiz parece indicar un préstamo francés, como es natural en un tecnicismo de oficios; aunque en el idioma vecino sólo encuentro «
rondies f. pl. cylindres pour arrondir les tables de plomb dont on veut faire des tuyaux» (Littré), es de creer que este mismo vocablo metalúrgico se emplee por los lapidarios en un sentido análogo al del
rondiz castellano
1. La etimología persa
rendîde ‘pulido, aplanado’ propuesta por la Acad. (no en Dozy ni Eguílaz) tropieza con dificultades fonéticas, inspira desconfianza por su vaguedad semántica y no tiene verosimilitud histórica por no existir el vocablo en árabe y carecer de documentación antigua en cast.