RODABALLO, en port. rodovalho, de origen incierto, quizá del célt. *ROTOBALLOS ‘el de cuerpo redondo’ (compuesto de las voces célticas ROT ‘rueda’ y BALLOS ‘miembro’).

1.ª doc.: «rodavallo, pece conocido: rhombus», Nebr.1.

Oudin: «rodavallo: poisson appellé turbot; c’est aussi la barbuë, mais en françois il y a grande différence de l’un à l’autre»; Aut. «rodaballo: pez marino de figura plana, y parecida a la que llaman rhombo, por lo que los latinos le dan este nombre; tiene la espalda parda, la boca mui grande y sin dientes»; Medina Conde: «pez plano nadante parecido a otros llanos como el sollo, etc., distínguese de ellos en que su parte superior está sembrada de unos clavos de materia córnea, como lentejas, contenidos entre la piel y la carne, que es muy blanca, compacta y substanciosa; Linneo lo llama pleuronectes marinus». It. rombo, cat. rèmol (Carus II, 584-5), lat. Rhombus maximus Cuv.

El vocablo en cuestión sólo existe en cast. y en gallegoportugués; en Portugal se le llama rodovalho [Bluteau], y allí es palabra muy vieja, que ya encuentro escrita igual en las Costumbres de Torres Novas publicadas sin fecha, junto con otras de fines del S. XIII, en PMH Leges II, 93, y que en todo caso no son posteriores al S. XIV. Como la terminación -alho del port. y gall. corresponde a -ajo cast., y al -allo cast. responde el portugués con -alo, es posible que en uno de los dos idiomas sea palabra advenediza; ahora bien, -alho es terminación muy común en portugués, y por esto supuse que fuese portuguesismo o por lo menos leonesismo en cast. (RFH VI, 242). Sin embargo no tenemos prueba alguna de este origen portugués de la palabra castellana, documentada sólo un siglo más tarde que la portuguesa, y tratándose de un nombre de pez es muy dudoso que esto signifique nada; debe ser una forma más bien secundaria el vasco erreboio íd., que Azkue recogió en San Sebastián y Ondárroa (vizc.).

Estando rodávallo (¿acento errado?) como hispanoárabe en PAlc. (1505), quizá podamos buscar en mozárabe el origen, así de la voz cast. como de la port. Simonet cita una forma roduello registrada en el Nebrija catalán de 1561, cuya existencia por desgracia no encuentro comprobada en otras fuentes, pero acaso fuese un mozarabismo valenciano; aun prescindiendo de esto, no carece de verosimilitud formal la sugestión de Simonet de relacionar con el lat. RŬTABŬLUMl> ‘espátula’, ‘pala o hurgón de horno’, del cual hubo de existir en vulgar un diminutivo *RUTABELLUM en vista del cast. ant. rodavillo «palo para mecer» en el Lex. Lat.-Hisp. de Nebr., ast. occid. rodabiel ‘rastrillo para grano’ (Munthe), arag. retavillo ‘instrumento de labranza arrastrado por caballerías, que va amontonando la mies en la era’ (Borao), it. dial. rattavello (REW 7471), y mozár. ruƫabâl, ruƫabal «rastrum», «restel, instrumentum» (R. Martí); más representantes aragoneses y leoneses de *RUTABELLUM (¿y aun de RUTABULUM?) en el sentido de ‘palo, rastrillo, hurgón’ en GdDD 5789-90.

Efectivamente, -ELLUM podía dar -allo en mozárabe, como en CASTELLA > Cazalla o Castalla, MORATELLA > Moratalla. Sin embargo, la explicación semántica de Simonet es confusa y no satisface: «RUTABULUM... debió significar instrumento de rotación, rodillo, rollo y trompo; usado en este sentido pudo aplicarse con harta propiedad a dicho pez, que, por razón de su forma, semejante a un trompo, se llamó en gr. Ǧóμβος (turbo, rotula), en b. lat. turbo... en fr. turbot». Pero en realidad hay gran distancia de un hurgón de horno o una espátula a un trompo, y si se llamó Ǧóμβος; al rodaballo fué por su figura romboidal y no porque se pareciera nada a una peonza o trompo; en cuanto al fr. turbot, su nombre nada tiene en común con el lat. turbo, y parece ser afín al alem. dornbutt, alusivo a los tubérculos punzantes del rodaballo. Algo más convincente sería decir que el rodaballo recibió el nombre de ‘espátula’ o ‘pala del fuego’ por su forma plana, o que se le comparó con un rastrillo por las púas de sus tubérculos. Pero así la una como la otra comparación están lejos de estar claramente justificadas, no hay pruebas firmes del origen mozárabe en castellano, y en portugués esta suposición sería gratuita.

Lo típico del rodaballo es indiscutiblemente la forma redondeada de su cuerpo: se trata de un pez de figura ovalada, que unas veces se acerca a un rombo sin ángulos y otras a un verdadero círculo2 (V. los grabados dé las enciclopedias de Larousse, Larive-Fleury, etc.), de donde el nombre griego Ǧóμβος, propiamente ‘objeto circular’, ‘círculo mágico’, ‘tambor’, ‘peonza’. Parece que debiera haber alguna relación con el lat. ROTA ‘rueda’, pero de tratarse de un derivado o compuesto latino o romance se hace imposible explicar la terminación -ballo. Ahora bien, teniendo en cuenta que R֊Tl> es también céltico (donde está en alternancia apofónica normal con el irl. rethim ‘yo corro’), rodaballo nos recuerda extraordinariamente compuestos pertenecientes a esta familia lingüística, como los antiguos ANDONNOBALLUS (‘el de miembros o cuerpo muy oscuro’), irl. dupall (< dub-ball ‘de cuerpo negro’, Thurneysen, O. Ir. Grammar, § 344), irl. donnball, donnbhallach «brindled, having brown spots»3.

Luego es lícito suponer la existencia de un hispanocéltico *ROTOBALLOS ‘el de cuerpo redondo, en forma de rueda’, formado con el prototipo del irl. ant. roth m. (< ROTO-), bret. rôd f., galés rhod f., córn. ros (< ROT), todos ellos ‘rueda’, que entró probablemente en la composición de muchos nombres de lugar galos como ROTOMAGOS (Rouen) ‘campo redondo’, ROTOIALOS (Vau-de-reuil) ‘claro redondo en el bosque’. Si la a pretónica del cast. rodaballo se debe a un influjo del romance roda (rueda) o ya supone una variante céltica *ROTABALLOS (formada como TALABRIGA, VALABRIGA y otros, tipo menos frecuente, aunque no parece ser ajeno al celta antiguo) es difícil decidirlo, pues aunque la conservación de la pretónica interna parecería indicar cierta antigüedad de esta variante en romance, también el influjo del románico ROTA pudo ya actuar muy antiguamente. En cuanto al port. rodovalho (y gall. rodaballo, Sarm. CaG. 80, A16r; Sarm. cita también una copla: «de tranchos muy poucos, / rodaballos menos» DAcG. s. v. apote), con su -lh-, tenemos derecho a postularle una base con terminación adjetiva *ROTOBALLIOS (comp. BALLOMARIUS, etc.). Publiqué ya esta etimología en ZCPh. XXV, 45-46, poniéndola dentro del marco semántico de los celtismos hispánicos.

1 PAlc. 382a1 traduce este artículo de Nebr. por rodávallo, notable por la extraña acentuación y hasta por la antigüedad que supone del uso de esta palabra en Granada (o mejor en la costa mediterránea de las Alpujarras).―

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2 Es hecho reconocido generalmente: Bluteau en su dicc. portugués (s. v. rombo) habla de «o peixe rodovalho, que tem a figura redonda».―

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3 Que el irl. ball ‘miembro’ ya pertenecía al céltico antiguo y general, se deduce no sólo de la existencia del galés bal ‘prominencia, pico terminal de una montaña’ (galés balog, bret. baleg «saillie»), sino también de su parentesco con el gr. ưαλλóς ‘miembro viril’, y de la formación del arcaico nombre de persona BALLOMARIUS (= irl. ballmar ‘el de los grandes miembros’) y de otros nombres propios de la Antigüedad (varios en Holder y en su suplemento). Para la etimología de estos nombres célticos vid. Marstrander, Norsk Tidskrift for Sprogvidenskab I, 123-4; Weisgerber, Die Spr. der Festlandkelten, 193. Es tendencia bien conocida de las lenguas célticas la de sustituir los compuestos antiguos con el orden adjetivo + sustantivo por los de sustantivo + adjetivo (Vendryes, RCelt. XXXII, 476), y por lo tanto no es extraño que en el período medio de la lengua irlandesa hallemos muchos compuestos con ball en primer término: ball-dub ‘el de cuerpo negro’, ball-gel y ball-bán, ambos ‘de cuerpo blanco’, también ball-mar ‘de grandes miembros’, ball-derg ‘de cuerpo rojo’ y ball-crecc ‘de cuerpo abigarrado’ (vid. Kuno Meyer, Contrib., s. v., y el dicc. de Hessen), pero lo más antiguo fué el orden inverso, del cual parece ser todavía otro ej. el britónico ant. DECA-BAR-BALON (Holder; Stokes-B. 186; ¿‘el que tiene diez mechones de pelo en el cuerpo’?).