ROCIAR, junto con el cat. ruixar ‘rociar, regar’ y el port. rociar, procede de un lat. vg. *ROSCէDARE, derivado de RĶSCէDUS ‘lleno de rocío’, ‘húmedo, mojado’; rocío es derivado castellano de rociar, y rucio lo es de su variante ruciar, por comparación de la cabeza cana, o de la piel entrecana de las bestias, con una superficie cubierta de gotas de rocío.
1.ª doc.: ruciar, Berceo; rocío, J. Ruiz.
Que rociar, junto con el cat. ruixar, viene de un *ROSCIDARE, deriv. de ROSCէDUS ‘húmedo’, ‘lleno de rocío’, ya lo vieron Diez (Wb., 275) y Cuervo (Rom. XII, 108), y sobre este punto ha habido siempre unanimidad. Formas intermedias entre la cast. y la cat., como el arag., rioj. y murc. rujiar ‘rociar’, murc. rujío ‘rocío, lluvia menuda’ (Borao, Lanchetas, G. Soriano), acaban de ilustrar la cuestión1: sabido es que SCi da x en cat. y arag., pero ç en Castilla; verdad es que también se esperaría x en otros dialectos hispánicos, pero hubo indudablemente expansión de la forma de Castilla; más sorprendente es que esta expansión se extendiera hasta Portugal, donde rociar y rocío están bien arraigados, y ya en el S. XVI (Moraes), y sin embargo es posible que sean también castellanismos (recuérdese que el término portugués más usual ha sido siempre orvalho), aunque no debemos olvidar que el tratamiento SC? > ç no es ajeno al portugués, por lo menos en los verbos en -ecer.
En cuanto al adjetivo rucio, su etimología se debe a M. P. (Rom. XXIX, 369-70). A pesar de las dudas de M-L. (REW1 7458, borrado y no sustituido en REW3), esta etimología (aplaudida por Cuervo, BHisp. III, 42n.5, y defendida con éxito por el propio M. P., Oríg., p. 270) está fuera de duda. La comparación de la cabeza cana con una superficie cubierta de gotas de rocío o de granos de escarcha, se ha hecho muchas veces, y ya la encontramos en una antigua versión bíblica medieval: «mi cabeça llena es de rucio e mis bedijas de gotas de las noches»; se trata, como agregó Cuervo, de una metáfora internacional repetida en muchos idiomas, y particularmente en el colombiano saraviado ‘pintado’ (aplicado a ciertas aves) del port. saraivar ‘granizar’, arg. nevado ‘res vacuna salpicada de blanco’, judesp. pedriscado ‘pardo, manchado’ (BRAE V, 356). Por mi parte agregaré que en el caso de ROSCէDUS ‘lleno de rocío’ esta comparación debió de ser muy antigua, pues la glosa «roscida: fulva» ya se encuentra en un antiguo glosario trasmitido por un códice vaticano del S. VII2; en efecto, ruzio como nombre de color de caballo ya aparece en España en el glos. de Leyden (S. XI), rutio y ruzo en escrituras de Sahagún de 1072 y 1073 (Simonet), y una «equa rucia per colore» fué comprobada por M. P. en otro doc. de 1100, de igual procedencia; se habla de equinos ruçios en el L. de los Cavallos del S. XIII (22.3). Luego es posible que recio sea la continuación directa del lat. RĶSCէDUS ‘lleno de rocío’, con u por metafonía. Es antigua la aplicación de este adjetivo, no sólo a animales de pelo entrecano, sino a personas viejas o de pelo cano: un «viejo rucio» se menciona en poesía de Francisco de Baena (Canc. n.º 105, v. 53); lo rucio por alusión a las canas, con metáfora ampliada a la nieve que han dejado los muchos inviernos, se lee en el Peribáñez de Lope (III, v, ed. Losada, p. 160), etc.; port. ruço «esbranquiçado (cor das bestas)», Beira ruço «(cabello) loiro esbranquiçado» (RL II, 377). Por lo demás, las otras etimologías son imposibles: RŬSSĔUS ‘rojizo’, admitido por Cabrera y Diez (Wb., 484), no conviene semánticamente, y es imposible en el aspecto fonético; extrañamente lo prefería todavía M-L. en RFE VIII, 245, a reserva de echar mano de un cruce fonético con LȢCէDUS (la vieja historia del cruce del asno rojizo con la yegua lucia, inadmisible en etimología), pero las objeciones que este autor opone a ROSCIDUS carecen de todo valor: rucía ‘rucio como cavallo’ en PAlc. y en una tardía escritura arábiga granadina (no en R. Martí como dice erróneamente M-L.) puede ser, naturalmente, castellanismo tardío más que verdadera forma mozárabe, y por lo demás no está probado que el tratamiento SCÍ > x fuese enteramente general en el Sur de España.
DERIV.
Rociada [ru-, Berceo]. Rociadera. Rociado. Rociadura. Rociamiento. Roción. Ruciadera. Del lat. rorare ‘rociar’ (de la misma raíz que roscidus) se tomaron los cultismos poco usados rorar y rorante. El ast. rosau, -ada, ‘rociado’ (V), parece derivado del lat. ROS n. ‘rocío’ (comp. fr. arroser).
1 En el extremo Sur del dominio catalán, Monóvar, se emplea una forma reixiu «rocío, relente» (glos. de S. Guarner a L’Oncle Canyís de J. Amo y AMtz. Ruiz, ed. 1973, p. 156); algo más difícil de entender, y más en su significado, es una variante retxiu ‘gorjeo de pájaros, rumor de trinos’, del que hay un ejemplo en una poesía catalana de Flor de Enamorados del valenciano Timoneda (a. 1562), § 42 (ed. 1973, p. 99; regiu en algún otro texto en el DAlcM., parece ser grafía incorrecta), y sin embargo no parece que sea posible disociarlo de aquello. Aunque más bien se tratará etimológicamente de un derivado de chiar y formas análogas, que en cast. y gall.-port. se dicen del piar de los pájaros.― ↩
2 CGL IV, 164.47. Son ociosas las propuestas de enmienda hechas por Nettleship (russea, Journal of Philol. XX, 55) y por Schuchardt (*ruscida, Wiener Sitzungsber. CXXXVIII, 63). Es verdad que un «ruscidum: lignum foliis spinosum vel humidum» se encuentra en otros glosarios más tardíos, pero se trata de una grafía tardía y ultracorregida en lugar de roscidum: humidum, que otros glosadores quisieron relacionar con ruscus ‘brusco’. Quizá se fijara en esto M-L. al proponer un *RȢSCէDUS ‘semejante al brusco’ como étimo de rucio; pero, como le objetó M. P., el color típico del brusco no es rucio, sino el rojo de sus bayas o el verde de sus hojas. ↩