ROBÍN, ‘herrumbre’, voz regional, del lat. ROBIGO, -IGէNIS, íd.
Donde se lee: «fiérgate Dios... de frido e de ardor e de calentura e de
rovín e de ayre corronpido» § 139.5; otros dos mss. forales aragoneses traen en lugar de esto
roín. Es voz ajena en general al idioma medieval y clásico. Falta en los glos. de h. 1400, APal., Nebr., Covarr., Oudin; está en
Aut.: «lo mismo que orín o herrumbre en los metales; algunos dicen
rubín» y cita ej. del murciano Saavedra Fajardo (1640): «no dexó que el ocio cubriesse de
robín las armas»
1 y otro de Núñez de Cepeda (1689): «sólo busco medios de... limpiar mi conciencia del
rubín que ha contraído con tantos yerros». Más modernamente, lejos de ampliarse el área del vocablo, es posible que todavía se haya restringido más, y hoy sólo muy pocos lo conocen como voz literaria, sin duda sólo gracias al dicc. oficial. Con carácter popular sigue empleándose en Albacete (
RFE XXVII, 242n.); también he oído
rubín en Almería. Fuera de estos dialectos españoles,
ROBIGO sólo se ha conservado en sardo y retorrománico (
REW 7348); el fr. ant.
roïl, fr.
rouille, oc.
rovilh y cat.
rovell vienen de un
*ROBICULU, por un cambio de sufijo no bien explicado. Más fácil de comprender es que en algunas partes se convirtiera
ROBIGO en
*ROBȢGO, -
INIS, de donde el arag. de Litera
rebuñ ‘moho, orín’ (Coll A.), arag.
rebuñoso (Peralta, Borao) o
enrebuñado (Bor.) ‘tomado de orín’, engad.
arvügian ‘orín’, port.
rabugem o
rebuge (
RL XII, 119) ‘especie de sarna’.