RIMA, ha significado tradicionalmente ‘verso’ y se tomó del oc. ant. rima, derivado de rim íd. que procede del lat. RHYTHMUS ‘ritmo’: en la Edad Media tomó éste el sentido de ‘verso de tipo romance, contado por acentos y el número de sílabas, y comúnmente rimado’ (a distinción de METRUS, nombre del verso latino, que se regulaba por la duración de las sílabas).

1.ª doc.: Berceo.

Rima significa ‘verso’ o ‘composición poética’ en la Edad Media, y sigue significando ‘verso’ en el Siglo de Oro, sea en el sentido de ‘línea de texto versificado’, o en el de ‘estructura de lenguaje versificada’, en oposición a la prosa. La ac. ‘consonancia o asonancia’, ‘consonante o asonante’, no llegó a imponerse hasta fecha reciente, por influencia francesa.

‘Verso’ es lo que significa en Berceo y J. Ruiz: «los nomnes son revueltos, graves de acordar, / non los podemos todos en rimas acoplar» / dice aquél al fin de una retahila de nombres de poblaciones (S. Mill., 475b), y el otro dice de su libro «conpóselo otrosí a dar [a] algunos leçión e muestra de metrificar e rrimar e de trobar; ca [á] trobas e notas e rrimas e ditados e versos, que fiz conplidamente» (ed. Duc., p. 7, § 7). O bien se trata de un ‘poema’ o ‘composición en verso’: «en el nomne precioso de la Sancta Reína / ... / querría del su duelo componer una rima» empieza el Duelo de la Virgen de Berceo, y Juan Ruiz en la historia de sus amores con D.ª Garoza dice que Trotaconventos «levól una mi carta a la missa de prima, / tróxom buena respuesta de la fermosa ryma»: se trata de una carta en verso (1498b). No es palabra que se encuentre en gran abundancia en cast. ant. (falta en los glos. de h. 1400, APal., Nebr. y en otros muchos glos. de autores medievales).

En el S. XV hallamos la forma masculina rimo, más cercana a la etimología; Santillana la emplea con gran frecuencia en el sentido de ‘línea de verso’ y en el de ‘estructura de lenguaje versificada’: «quánta más sea la escellencia e prerrogativa de los rimos e metro que de la soluta prosa... manifiesta cosa es», «quiere quel primero que fiço rimos o cantó en metro aya seydo Moysén», «ciertas cosas de Job escritas son en rimo», «Dante escrivió en terçio rimo elegantemente las sus tres comedias, Infierno, Purgatorio, Parayso», «franceses escrivieron en diversas maneras rimos e versos», «desta guissa escrivió Pero López de Ayala, el viejo, un libro que fiço de las Maneras del Palacio e llamáronlo rimos», etc. (Prohemio al Condestable, en Viñaza, col. 780-5); y aunque, si no me engaño, Nebr. no emplea rimo ni rima en la Gramática Castellana, en este sentido hemos de tomar la definición que da de aquél en su diccionario: «rimo: numerus, graece rithmus», comp. «rimar versos: numero; rimada cosa: numerosus».

El uso de los escritores clásicos cast. es bien conocido: las Rimas de Garcilaso y las de Boscán; la Octava Rima, que en este sentido se ha de tomar. En el sentido moderno se dice entonces consonante o en su caso asonante. Así Nebr. (Viñaza, 810, 811), Juan del Encina (815), Argote de Molina (888), Rengifo (913), etc. Mientras que a rima, los clásicos le dan desde luego el sentido antiguo: «lo que cantan tus rimas» Cervantes (V. del Parnasso III), «ninguna cosa debe disculpar al poeta: piense, borre, advierta, elija y lea mil veces lo que escribe, que rimas se llamaron de rimar, que es inquirir y buscar con diligencia: assí le usó Cicerón y assí Estacio»1 Lope (cita de Aut.), «suene la trompa bélica / ... / dándoles lustre i ser a las Lusíadas, / i con su rima angélica / ... / encumbre su valor entre las Híadas» Góngora (ed. Foulché I, 1), y los versos con que el mismo poeta empieza su Galatea: «estas que me dictó rimas sonoras, / culta sí, aunque bucólica, Thalía...». Oudin: «rima: rithme, vers, poésie»; Covarr.: «rima es compostura de versos, como octava rima».

El dicc. de Aut. conserva esencialmente este concepto, aunque ya parece que quiere inclinarse al moderno o afrancesado, pues estamos ahora en el S. XVIII: «composición de versos en cuyos fines se van correspondiendo unos a otros en consonante; especialmente se aplica a la composición que llaman octavas». No corresponde a este lugar la averiguación de la fecha exacta del cambio, ni la de si ya se le podría hallar anteriormente algún antecedente suelto, pero no hay que dudar en colocar en el S. XVIII el momento decisivo del paso al sentido moderno. Pues aunque la Acad. seguía apegada al concepto antiguo en su ed. de 1817 (ya no en 1843), Terr. ya se expresa con toda claridad: «se dice de dos palabras que tienen una misma terminación; en prosa se debe evitar esta consonancia por decir mui mal en ella». Y así lo emplean L. Fz. de Moratín (dos ejs. en el dicc. de Rz. Morcuende), Jovellanos, Quintana (vid. Pagés), etc. Entre los tratadistas, Puigblanch (1828) había roto asimismo con lo antiguo (Viñaza, col. 1002) y Aicart publicó en 1829 su Diccionario de la Rima (Viñaza, 1003); desde entonces se generaliza, sin perjuicio de que la lengua tradicional pueda seguir empleándola alguna vez en el sentido antiguo.

No es necesario estudiar aquí la evolución semántica del vocablo en los demás idiomas, pero en términos generales puede decirse que la misma evolución, con algunas variantes cronológicas, se produjo en port., cat., oc., it., ingl., alem. y aun fr. En Italia rima = verso es lo común en Dante, Petrarca, Boccaccio y aun en el S. XVI («dirò d’Orlando... cosa non detta in prosa mai ne in rima» Ariosto), aunque Tommaseo señala algún ej. suelto de la ac. moderna desde el S. XIV. En francés también es bastante general este valor durante toda la Edad Media, aunque existen excepciones sueltas, y lo es hasta el S. XVI, en que, generalizando los humanistas el uso de vers, la palabra rime queda fijada en el sentido de ‘consonante o asonante’, ‘consonancia o asonancia’. En alemán contamos con el estudio fundamental de Wilhelm Braune2, que dejó definitivamente sentada la constancia del valor de ‘verso, línea de verso’ para el alem. med. y mod. rîm, reim, desde h. 1170, en que aparece primeramente el vocablo, hasta el S. XVI inclusive; el cambio se produce allí en el S. XVII a consecuencia de la poética de Opitz, imitación de la francesa de Ronsard.

Básico para todos los idiomas es lo que hicieron aquí los antiguos occitanos, de cuya poética deriva la de todas las lenguas modernas. Ellos llamaban acordansa lo que hoy decimos rima, y empleaban rim o rima en el sentido de ‘verso, línea de verso’. Así definían, en efecto, las Leys d’Amors: «rims es certz nombres de sillabas, / si d’autre bordonet l’acabas, / am divers o-z-am plazen so [es decir, ‘sin rima o con rima’], / engals de sillabas o no» (ed. Anglade II, 98). No quiero afirmar, ni hace falta, que nunca se encuentre en la Occitania medieval rim o rima en el sentido moderno, pero sí que el otro es el normal. Es posible que el sentido de ‘consonante, asonante’ naciera en el verbo rimar, en todo caso en relación con éste encuentro el único ej. de la ac. moderna que me es conocido: «lo vers deg far en tal rima, / mascl’e femel, que ben rim» (Gavaldan lo Velh, Lo Vers). El catalán se ajusta en términos generales al occitano; aquí rim y rima ‘consonante’ ya eran comúnmente aceptables a fines del S. XIV, pues así los emplea corrientemente Jaume Marc en 1371: «rima es fi de paraula semblant al altre en una o en dues sillabes; e son dues maneres de rimes, la una longa, l’altra breu [= llana y aguda]», «tot leyal rim vol esser semblant a l’altre e en letres... e en so, ço es en l’accen» (pp. 25, 26), y, sin embargo, no era esto lo antiguo, como nos lo muestra el propio título de su diccionario de rimas: «Libre de concordances, appellat diccionari, ordenat per En Jacme March». Y desde luego en todo el catalán medieval lo corriente es que rim (más frecuente que rima) signifique ‘verso’.

El problema etimológico está resuelto sin duda posible. Es verdad que Diez (Wb., 270-1), adoptando una idea de Graff, rechazó la vieja etimología RHYTHMUS fundándose en que el resultado de la misma en italiano habría sido *rimmo con dos mm y no rima, y el prestigio de Diez hizo que se le adhirieran Paul y M-L. en su primera ed. (REW1 7318); partían estos autores del a. alem. ant. rîm ‘número, suma aritmética’, atribuyéndole el sentido de ‘serie’, pero el hecho es, según mostró Braune, que este vocablo germánico, quizá tomado del céltico, no tuvo nunca el sentido de ‘serie’ en alemán antiguo, y aun en la ac. ‘número’ es palabra rara, sólo empleada algunas veces en los SS. VIII y IX, muerta definitivamente hacia el año 900, o sea cerca de tres siglos antes de que aparezca el a. alem. med. rîm ‘verso’. Además, como ya reconocía el propio Diez, la rima, sea consonante o asonante, es una invención romance, sólo muy tardíamente adoptada por los alemanes, luego no cabe duda que el alem. med. rîm es un préstamo francés (del Sur o del Norte), como lo es en general toda la literatura versificada del alemán medio. Tampoco puede admitirse que en Francia el vocablo sea heredado de un fránc. RÎM ‘número’, hermano de dicha voz alto-alemana, pues la poética romance es más una invención del Sur que del Norte de Francia, y no corresponde al orden de ideas poético y literario el influjo de las lenguas germánicas sobre el galorrománico; ni cabe admitir tampoco la variante introducida por los autores del dicc. de Grimm al suponer que el fr. rime proceda del céltico RզM- ‘número’, pues también para ello faltaría base semántica. Si Gamillscheg sigue insistiendo (EWFS 766; R. G. I, 232) en la etimología germánica, es por atraso de información, pues el detalle de atribuir la ac. ‘serie’ al a. alem. ant. muestra que todavía no conoce el trabajo fundamental de Braune (V. éste p. 37, n. 2).

Por lo demás el acuerdo en pro de RHYTHMUS es general: esta etimología, ya reconocida por Du C. y otros, es la adoptada por los propios germanistas (Schmeller, Wackernagel, Zarncke), y en particular Kluge, en la forma más decidida3. Hoy puede considerarse aceptada unánimemente. Su fundamento en los hechos es excelente. En todo el latín medieval RHYTHMUS designa el verso rítmico, a base del cuento de sílabas y acentos, por contraposición con el METRUS o verso clásico, a base de la cantidad silábica. Es posible que algo de esto ya se insinúe en San Isidoro cuando éste explica vagamente «rythmus: versus qui est non certo fine moderatus, sed tamen rationabiliter ordinatus pedibus currit», y desde luego, explica Du C., escritores más tardíos entienden por rythmici versus los que otros llamaron leoninos u homeoteleutos: «obsecro, ut mihi Aldhelmi Episcopi aliqua opuscula seu prosarum, seu metrorum, aut rythmicorum mittere digneris» S. Bonifacio de Maguncia, «epistolatim in invicem egimus, et rythmicis versibus nos laudibus mulcebamus» Álvaro Cordobés.

No hay dificultad fonética en absoluto: RHYTHMUS, sea por vía popular, o más bien semiculta, debía dar rim en occitano antiguo, y rime en francés del Norte, que inicialmente sería masculino y en seguida, a causa de la terminación, se volvería femenino. En italiano, alemán, inglés y en los romances ibéricos el vocablo se tomó de Francia, y así se explica la -m- sencilla del italiano4. Tambien en este punto se ha hecho la unanimidad, y sólo queda por aclarar un detalle: ¿de donde viene la forma femenina rima del it., oc. e iberorromance? Bloch-W.1 y 2 afirma que es préstamo del francés del Norte, pero esto es casi tan inverosímil en el aspecto histórico y semántico, como la procedencia germánica. Desde luego el oc. ant. rima es autóctono y no tomado del francés. Por lo demás, formas masculinas se encuentran casi en todas partes: son generales en alemán, en cast. ya hemos visto su aparición en el S. XV, y sin duda serán anteriores, aun en francés se encuentran en el dialecto anglonormando (según observó Diez).

Hay que creer que el femenino rima se formó en lengua de Oc (aparte del fr.), como uno de tantos femeninos derivados de masculinos correspondientes, y que de la lengua de Oc pasó a Italia y a España. Las explicaciones precisas de este neologismo podrían ser varias. He aquí una que sugiero con carácter provisional, y que requeriría estudio más detenido, sólo posible en una monografía de carácter literario. En el S. XIV no se hacía diferencia entre el oc. rim y rima «rim pot cascus o rima dir, / si qu’en aysso non pot falhir» Leys d’Amors II, 98, y más extensamente en Las Joyas del Gay Saber), pero quizá no siempre fué así. Por lo menos un trovador clásico, del S. XII, Raimbaut d’Aurenga, parece dar a rima el concepto de verso de tono liso y llano, y de estilo ligero, quizá lo que solía llamarse comúnmente chansó por oposición al vers5; véase si no: «en aital rimeta prima / m’agradon leu mot e prim», «en rima vil e plana» (citas de Raynouard). Ahora bien, de un poema muy conocido de Aimeric de Peguilhan se deduce sin lugar a dudas que la chansó debía terminar en consonantes llanos o femeninos, y el vers en consonantes agudos o masculinos, aunque el poeta se queja de la confusión en que muchos caen: «Mantas vetz sui enqueritz / en cort cossi vers no fatz, / per qu’ieu vuelh si’apelatz / -e sia lurs lo chauzitz- / chansó o vers aquest chan; / e respon áls demandan: / qu’om no troba ni sap devezió, / mas sol lo nom, entre vers e chansó. / Qu’ieu ai motz mascles auzitz / en chansonetas assatz, / e motz femenis pauzats / en verses bos e grazitz» (Raynouard, Choix IV, 433-4). Ahora bien, si la chansó debía en principio tener versos «femeninos», y el vers «masculinos» en principio, ¿no era lógico que para aquél se creara el neologismo rima, reservando para el vers el tradicional rim? Esto explicaría también el que en las poéticas gallegoportuguesa e italiana, que evitaban el tono formalístico del trobar clus, y daban preferencia a los versos amorosos, se generalizara en seguida el femenino rima, y aun en castellano, bajo el influjo predominante de la Escuela gallega en la Edad Media, triunfara pronto la misma forma, mientras en la poesía catalana, muy tradicionalista, persistió el masculino rim6.

DERIV.

Rimar [h. 1250, Apol.: «tornóles a rezar un romance bien rimado», «coplas bien assentadas, rimadas a senyal» 428c, 495c; otros citados arriba]. Rimador. Ramación [?] ‘arte de escribir en verso’ (Glos. de Gower, Confessión del Amante). De ritmo: rítmico [rrymico, Francisco Imperial, Canc. de Baena, n.º 238, 2, 3, 4; Lope, Aut.]; rítmica f. [APal. 249b, 421b].

CPT.

Euritmia; eurítmico. Metarrítmisis ‘cambio del ritmo vital de un ser’, neologismo hábilmente acuñado por Unamuno, h. 1895 (en La Juventud Intelectual Española, vol. III de sus Ensayos) combinando ritmo con el tipo formativo de metarmórfosis; empleado luego por correligionarios suyos del Noventa y Ocho (p. ej., Pedro Corominas, Obr. Compl. Cast., pp. 288, 408): pese a la fuerza y densidad de la expresión es extraño que no cuajara esta palabra pragmática de una generación que no logró sacudir la atonía del país.

1 Lat. rimari, étimo infundado, claro.―

2 Reim und Vers, eine wortgeschichtliche Untersuchung, 41 pp., en los Heidelberger Sitzungsberichte VII (1916), fasc. 4.―

3 V., p. ej., las ed. de 1915 y 1924 de su dicc. etimológico. En la última, modificada después de la muerte del autor, Götze vuelve a introducir dudas, de poquísimo fundamento, como la de que el fr. ant. rime significa ‘consonante, asonante’, o sin base alguna (¡RHYTHMUS habría debido dar *ritme en francés!).―

4 Nótese de todos modos que en italiano hay variante rìtimo y que la reducción espontánea de éste a rimo (rima) sería posible (zephyrus > zèro, PLACITUM > piato, etc.).―

5 Las Leys distinguen entre la chansó de siete coplas máxime, y el vers que puede tener hasta diez: éste trata de sen, aquélla de amor, éste ha de ser ante todo veray, aquélla plazen (II, 175, 177).―

6 En cuanto al duplicado culto ritmo ya lo emplea APal. en cast. (con concepto amplio: «el ritmo de por sí puede estar sin metro, pero el metro no puede estar sin rithmo» 63b), y Aut. lo cita de Lope con la grafía rhythmo.