REZAR, hoy ‘orar’, antiguamente ‘recitar, pronunciar en voz alta’, del lat. RECէTARE íd.
1.ª doc.: Cid.
Lo que más frecuentemente recitaba el cristiano sencillo en la alta Edad Media eran, naturalmente, oraciones, y así es natural que pronto se especializara el vocablo en este sentido, que ya encontramos en el Cid («rezava los matines» 283), y de ahí que pronto se empleara como verbo intransitivo, sinónimo de ‘orar’, sin que fuese necesario especificar que lo recitado eran plegarias (ya Berceo, S. Lor., 96, etc.). Igual historia fonética y semántica tiene el port. rezar1. Se pasó regularmente de RECէTARE a *rezdar, luego *redzar y rezar; y así es natural que la -z- fuese sonora, como lo es constantemente en lo antiguo, y hasta hoy en Cáceres y Sierra de Gata, y en los castellanismos cat. resar y sardo resare, que sólo significan ‘orar’ (Espinosa, Arc. Dial., 63). Está claro que en estos idiomas el vocablo no puede ser autóctono, por la evolución fonética. En catalán, aunque hoy está bastante arraigado en Barcelona, carece de documentación antigua; lo único castizo allí es pregar o orar. Fuera del cast. y el port., RECITARE sólo ha dejado alguna huella, con carácter hereditario, en fr. ant. y en sobreselvano (REW 7123).
DERIV.
Rezadera. Rezador. Rezandero. Rezo [Aut.].
1 Que ya figura en el sentido moderno en las Ctgs.: «filles tal maneira de rezares muy passo», «Las Aves-Marias rezou» 16.51, etc. ↩