REPTIL, tomado del lat. reptĭle íd., derivado de rĕpĕre ‘andar arrastrándose’.

1.ª doc.: 2.° cuarto S. XV, Pz. de Guzmán (C. C. Smith, BHisp. LXI); APal.; pero no fué de uso corriente hasta fin del S. XVIII.

Dice aquel lexicógrafo: «los lagartos y estelliones: éstos no se dizen propriamente serpientes mas reptiles» (449b), latinismo raro en esta época, que seguramente debería de acentuarse réptiles. Desde el S. XIV se empleaba algun tanto la forma reptilia, tomada del neutro plural latino: Juan Manuel, Rivad. LI, p. 293; «reptilias: bestes reptiles comme serpens et autres vermines, qui se trainent sur la terre» Oudin (y de ahí Minsheu, todavía en Acad. 1817). Falta en los dicc. clásicos y en Aut., pero ya lo registra Terr., y lo emplea L. Fz. de Moratín: «entre los reptiles se ve el dragón, tan celebrado por los poetas soñadores» (Obr. Póstumas I, 188). Esta fecha de introducción tan tardía, y la acentuación bárbara reptíl que ha predominado, revelan que debió de tomarse del francés, donde era ya usual a princ. S. XVII.

DERIV.

Reptar [Acad. 1936], del lat. reptare íd.; reptación [Acad. 1925, no 1936]; reptante.