RECAMAR, del it. ricamare íd. y éste del ár. ráqam ‘tejer rayas en un paño’, ‘bordar’.
1.ª doc.: riquamar, 1496; recamar, 1570.
El antiguo vocablo hispánico fué otro arabismo derivado de la misma raíz arábiga: margome o morgón ‘recamado’, que Dozy (Gloss., 319-20) documenta en arcaicos docs. españoles, y que figura, p. ej., en uno de Celanova, de 939: «allihaffes 40, vulturinas II, ambas pallias antemanum, tapetes III, almuzalla morgom» (vid. Steiger, Festschrift Jud, p. 633), donde tenemos todavía la frase árabe al-muɊállà al-marqûm ‘alfombra rayada o recamada’; también el verbo derivado margomar Gral. Est. 71b10, así en el texto castellano como en el gallego (aunque Mtz-López lo analiza indebidamente: «era moy mestre em naturas, et emargomar, et em todo lavor de agulla» 104.26, evidentemente se trata de ẽ margomar y no em argomar). Se trata, en efecto, de marqûm participio pasivo del verbo ráqam; pero además marqûm se emplea como sustantivo con el valor de ‘bordado, recamo’ (desde Arabia hasta Argelia, vid. Dozy) y con este valor figura en otras de las mencionadas escrituras españolas. De ahí el verbo margomar «plumo», que Nebr. califica de anticuado.
Recamar no procede del hebreo ráqam ‘abigarrar’, ‘entretejer de hilos de color’ (que ya está en los Libros de Moisés), como creían Covarr. y Rönsch (ZRPh. I, 420), sino de la palabra árabe hermana.
DERIV.
Recamo [1612, Sz. de Figueroa, Aut.]. Recamado [1708, Palomino, Aut.]. Recamador.