RACIMO, del lat. vg. RACզMUS, clásico RACMUS íd.

1.ª doc.: S. XIII, Buenos Provervios, 32.15; APal. 224d.

En 409d define éste «razimo, como ramilla en que están amontonadas las uvas, y segund algunos la mesma uva se puede decir razimo, siendo parte dél: o es el escobajo que queda de las uvas con los urujos»; Nebr.: «razimo de uvas: uva; r. de iedra: corymbus; r. de dátiles: spadix». La ac. ‘uva’ a que alude APal. (y quizá Nebr.) no parece conservarse en la actualidad, pero sí existió en latín (Ernout-M., aunque lo normal en este idioma es la ac. del cast. moderno), y es la que persiste en cat. y fr. Voz generalmente conocida en todas las épocas; Cej. V, § 152; existente en los principales romances de Occidente, aunque el it. la sustituyó por el diminutivo racìmolo, y el port. por cacho: el port. mod. racimo es menos popular y su -c- conduce a creer que se tomó modernamente del cast. (no se citan testimonios anteriores a los sermones de Vieira, h. 1675). Todos los romances presentan formas correspondientes a RACզMUS y no al clásico RACMUS, como puso de relieve Jud, Mélanges Hoepffner, 1949, 151-4, y el hecho es que RACզMUS se lee ya en San Gregorio el Magno (2.ª mitad S. VI): KJRPh. VIII, 71; y en varias glosas: CGL III, 562.14, 632.66; IV, 327.38; V, 377.42. No se ve explicación fácil para esta variante, pues no tendría sentido en este caso hablar de «cambio de sufijo», siendo así que -զMUS no es sufijo latino y ni siquiera terminación frecuente en este idioma1. Como tampoco se ve una contaminación oportuna, es el caso de pensar en una variante originaria, teniendo en cuenta que RACMUS es palabra de procedencia no indoeuropea, probablemente mediterránea (Meillet, MSL XV, 163; Ernout-M.).

RaƇîm existió también en mozárabe (R. Martí, S. XIII), aretƇum hoy en Marruecos, y el diminutivo rixmíl en PAlc. (Simonet, 478; Colin, Hespéris IV, 64)

DERIV.

Racima. Racimal. Racimoso. Racimudo. Arracimarse [1513, G. A. de Herrera]; arracimado o racimado [1555, Hz. de Velasco, Aut.]; racimar y enracimar son más raros.

1 Con referencia al cat. y oc. han hablado algunos de injerencia del sufijo -զMEN, pero esto no sirve para el cast., el it. ni el lat. del S. VI. Las fonéticas francesas igualan el caso al de CRA > cire, lo cual no tiene aplicación a otro romance alguno. Suponer que del fr. se extendiera a los demás romances es imposible desde luego, dada la regularidad y antigüedad de las formas de éstos, y su carácter unánime. Es inadmisible comparar el caso con el de -զNU por -NU, según hizo M-L. (R. G. I, § 116): fr. venin, cast. pergamino, it. pulcino frente a VENNU, PERGAMNU, PULLICNU; pues ahí sí se trata de la sustitución de una terminación rara por otra muy frecuente.