RACAMENTO, del fr. antic. racquement, derivado de racque íd., que a su vez es de origen germánico, probablemente del escand. ant. rakki ‘el anillo por medio del cual las vergas se mueven alrededor de los mástiles’.
1.ª doc.: h. 1573, Salazar (Fcha.).
Hay también ejs. de 1587 (G. de Palacio), de h. 1620 y del S. XVIII (Jal); Aut. lo saca del Vocab. Marít. de Sevilla (1696), y cita además racamenta en el Viaje del Parnaso de Cervantes; de éste hay ej. en Lope (Cej. V, p. 108). Para un testimonio del fr. racquement, vid. Jal; por lo común se dice hoy racage; el primitivo racque f. se documenta desde 1382, pero después se ha anticuado. De ahí también el cat. raca «corda per a fermar la vela pollacra», Finisterre y Azores racas «argolas que prendem a vela do barco à retranca», port. recamento o arrecamento. Baist, Z. f. dt. Wortforschung IV, 273-4, señaló el parentesco con el neerl. y b. alem. rak ‘racamento’, ags. tardío racca anguina (más tarde aplicado a un cable) y escand. ant. rakki, que vienen a designar lo mismo que racamento; vacila Baist entre dar como punto de partida el neerlandés o el escandinavo, y se inclina condicionalmente por el primero en vista de la fecha tardía de la voz francesa, pero como él mismo reconoce este argumento tiene valor nulo tratándose de un término de sentido tan especial, que tenía poca ocasión de presentarse en literatura. El caso es que el neerl. rak (aunque de ahí vendrá el ingl. rack, sólo documentado desde 1769) no parece ser muy antiguo en el idioma, pues Franck en su dicc. etimológico no dice que se halle ya en neerlandés medio, y lo declara de procedencia desconocida. En cambio el escand. rakki existe en la etapa antigua de esta lengua; por lo tanto es más probable en principio (como dice Schröder, VKR X, 196, 198) que el punto de partida esté en el escandinavo, y es probable que la voz neerlandesa se tomara del francés; desde luego de éste vienen las formas iberorromances.