RABEL, del ár. rabâb ‘especie de violín’.
Para el valor del vocablo en J. Ruiz, vid. M. P.,
Poes. Jugl., 66-67. La misma forma
rabé leemos en el
Corbacho, a. 1438 (ed. Pz. Pastor 94.8), a Nebr. y en doc. salmantino de 1503: «tres gentiles onbres que fueron con sus labdes e
rabé tañiendo delant el arca el día de la dicha fiesta» (
BRAE X, 577).
Arrabé en poesía del S. XV (
DHist.). Cat. ant.
rabeu, ya medieval (Ag. s. v.
rabeu,
rebeu y
rabeuet), y empleado por Pedro el Ceremonioso en doc. arag. de 1377
1; cat. mod.
rabequet [princ. S. XVII]. Oc. ant.
rebeb,
-bec,
ribec,
rabey (SS. XIII-XIV,
ZRPh. XLVII, 435), fr. mod.
rebec, fr. ant.
ribebe (de donde el it.
ribeba, Schiaffini,
It. Dial. IV, 224ss.) y
rebeble o
rebelle en textos fr. del S. XV (V
Rom. IV, 88), éste seguramente tomado del cast.; para variantes portuguesas y otras, vid. C. Michaëlis,
RL XVIII, 9.
Para la etimología, vid. Dozy, Gloss., 328; Eguílaz, 476. El ár. rabâb ya está, aunque mal definido, en el Fairuzabadí (fin S. XIV), vid. Freytag; y en diccionarios hispanoárabes de los SS. XIII («viella» = ‘vihuela’) y XVI. Es voz indudablemente antigua en árabe.
Por juego de palabras con rabo se ha empleado rabel en la ac. festiva de ‘posaderas’ [med. S. XVII, Aut.].