QUISICOSA, contracción de la frase antigua ¿qué es cosa y cosa? con que empezaban tradicionalmente las adivinanzas y enigmas populares.
1.ª doc.: qués cosa e cosa, Nebr.; cosicosa, 1605, Pícara Justina, ed. Puyol, I, 155; quisicosa, h. 1630, Polo de Medina (Aut.).
Supone Spitzer que dicha frase se abreviara primero en qué es cosa y de ahí la forma moderna, pero el proceso fué algo más complicado. También se dijo con el mismo sentido qué es y qué es: «de este enigma o qué es y qué es se levantan dos dificultades», en doc. granadino de 1598 (vid. Puyol); quesiqués en Aut. Por cruce de esta forma con cosicosa (cosa y cosa) resultó quesicosa, que se lee a med. S. XVII en Trillo y Figueroa: «ea, muchachas hermosas, / que de aquí a vender comienzo / muchísimos qués y cosas»; de ahí por asimilación vocálica quisicosa. Falta determinar cómo nació esta fórmula. Puede tratarse simplemente de un empleo castellano de cosa como voz vicaria de sentido indeterminado, a la manera de fulano y del it. y arg. coso ‘objeto al que no damos nombre’, ‘quillotro’; la repetición podría cargarse en cuenta de un hábito propio de las fórmulas infantiles (así una adivinanza catalana reza «una cosa, cosa, cosa que pertot arreu se posa, i en el mar no gosa: la neu»). Sin embargo me parece verosímil, en vista de la y o e de Nebr., que tengamos ahí una imitación de la pregunta italiana cos’è, cos’è? ‘¿qué es?’: «o cos’è, cos’è?: vedendo cualcosa di novo, specialmente i bambini» (Petrocchi); creo recordar que, en efecto, la pregunta repetida cos’è, cos’è sirve para introducir adivinanzas en italiano. En León se dice cosillina y en el Bierzo cousilliña ‘adivinanza’ (Puyol).
1 Vid. también MLN LXXII, 1957, 587, 588. ↩