QUISICOSA, contracción de la frase antigua ¿qué es cosa y cosa? con que empezaban tradicionalmente las adivinanzas y enigmas populares.

1.ª doc.: qués cosa e cosa, Nebr.; cosicosa, 1605, Pícara Justina, ed. Puyol, I, 155; quisicosa, h. 1630, Polo de Medina (Aut.).

Nebr. traduce la frase «qués cosa e cosa» por aenigma, y en su artículo pregunta: «pregunta de qués cosa e cosa: aenigma» (también s. v. cosa). Estaba enteramente sustantivado, como se ve por Covarr., s. v. caber: «los niños dizen un Qué es cosi cosa de la lança que cabe en el puño y no cabe en el arca, y se entiende caber según su latitud y no según su longitud»; s. v. cosa: «en la proposición de los enigmas se suele preguntar: ¿qué es cosi cosa?, por qué es cosa y cosa; como si dixera ‘¿qué significa esta cosa propuesta?’» (también s. v. grifo). Quevedo dice que ante una aparición fantástica «yo me quedé como hombre que le preguntan qué es cosa y cosa» (Visita de los Chistes, cita de Spitzer1, Philol. Q. XXIII, 79 n. 3; Fcha.). La contracción aparece consumada ya en el citado pasaje de la Pícara: «otras mil preguntas les hize de las muy perfiladas, assí de motes como de cifras y medallas, enigmas y cosicosas»; en otro pasaje aparece en forma semejante cosicosi: «un rosario de açabache, que entonces era muy estimado y, con todo esso, costava menos que aora, que es el cosi cosi de Frómista, que el pato que valía menos vendían por más» (II, 48); y en otros qué cosi cosi («preguntéles mil qué cosi cosi y respondieron a todo» I, 154; semejante en I, 197; II, 97, 221). Decir un cosi cosi aparece también en una Loa del S. XVII, cosi cosa en poesía de Quevedo. También es frecuente hallar esta frase en su función primitiva de fórmula interrogativa, todavía sin sustantivar: «decidme: ¿qué es cosa y cosa...?» en Rojas Villandrando (1601), y análogamente en Antonio de Ledesma (1600-15); V. las citas en la ed. Puyol de la Pícara III, 148; comp. además ast. qué cosa casadiella (R, s. v. casadielles) < ¿qué cosa cosa ella?; cosadiella ‘adivinanza’ (V); Sajambre (a)cusadiella, pero no deriva de acusar como supone Fz. González, Oseja, 182, 244.

Supone Spitzer que dicha frase se abreviara primero en qué es cosa y de ahí la forma moderna, pero el proceso fué algo más complicado. También se dijo con el mismo sentido qué es y qué es: «de este enigma o qué es y qué es se levantan dos dificultades», en doc. granadino de 1598 (vid. Puyol); quesiqués en Aut. Por cruce de esta forma con cosicosa (cosa y cosa) resultó quesicosa, que se lee a med. S. XVII en Trillo y Figueroa: «ea, muchachas hermosas, / que de aquí a vender comienzo / muchísimos qués y cosas»; de ahí por asimilación vocálica quisicosa. Falta determinar cómo nació esta fórmula. Puede tratarse simplemente de un empleo castellano de cosa como voz vicaria de sentido indeterminado, a la manera de fulano y del it. y arg. coso ‘objeto al que no damos nombre’, ‘quillotro’; la repetición podría cargarse en cuenta de un hábito propio de las fórmulas infantiles (así una adivinanza catalana reza «una cosa, cosa, cosa que pertot arreu se posa, i en el mar no gosa: la neu»). Sin embargo me parece verosímil, en vista de la y o e de Nebr., que tengamos ahí una imitación de la pregunta italiana cos’è, cos’è? ‘¿qué es?’: «o cos’è, cos’è?: vedendo cualcosa di novo, specialmente i bambini» (Petrocchi); creo recordar que, en efecto, la pregunta repetida cos’è, cos’è sirve para introducir adivinanzas en italiano. En León se dice cosillina y en el Bierzo cousilliña ‘adivinanza’ (Puyol).

1 Vid. también MLN LXXII, 1957, 587, 588.