QUINCALLA, tomado del fr. antic. quincaille íd., variante de clincaille, onomatopeya del ruido del metal.

1.ª doc.: Acad. ya 1817, no 1780.

El fr. quincaille se registra desde 1360 y su derivado quincaillerie (hoy más vivo que aquél) desde 1268; es familia de vocablos bien representada en los dialectos franceses, y emparentada con clinquant ‘sonoro’, ‘brillante’, ‘de oripel’. Es probable que el cast. tomara el vocablo por conducto del cat., donde quinquilleria ‘quincallería’ es conocido desde h. 1460 (Jaume Roig), y quinquillaire ‘quincallero’ era muy usual en el S. XVIII (BRAE XVI, 329), como en la actualidad; también en lengua de Oc se documenta quinquilharia desde la E. Media (Levy); a pesar de esta asimilación vocálica se dice quincalla en cat., como en cast. En francés el vocablo es deformación onomatopéyica, pero no se puede asegurar si es onomatopeya creada en francés o tomada del neerlandés o aun del fráncico, pues en los idiomas germánicos el grupo de klingen-klinken ‘retiñir, resonar’, aunque también onomatopéyico, es antiguo y arraigado; el FEW distingue entre quincaille, onomatopeya francesa, y clenche ‘picaporte’, que desde luego hubo de tomarse del fráncico. Es posible que sea así, pero no se puede asegurar que quincaille y clinquant no sean también germanismos de fecha más tardía; en todo caso es notable que un verbo clinquer sólo sea reciente, dialectal y poco extendido en fr.

En Cuba quincalla vale ‘quincallería’ (Ca., 198).

DERIV.

Quincallero o quinquillero [Aut.]; quincallería o quinquillería [h. 1600, Mariana, Aut.] (comp. las formas cat. en -qui-, arriba citadas).