QUILLA, tomado del fr. quille y éste del germánico; la fuente de la voz francesa parece hallarse en el escand. ant. kilir, plural de kj྿lr íd.
1.ª doc.: 1504, Colón (Zaccaria; Woodbr.).
Aparece en otras narraciones de viajes comprendidas en la colección de Fz. de Navarrete, y en textos del S. XVII recogidos por Aut. El port. quilha aparece ya también a princ. del S. XVI; mientras que el it. chiglia, aunque ya figura en una traducción hecha del port. por esta época, no estaba nacionalizado todavía en el S. XVII, en que allí apenas se empleaba otra cosa que carena, y sólo aparece bien arraigado en el S. XIX: se trata, pues, de una voz primitivamente ajena al Mediterráneo. En cambio, el fr. quille se documenta desde 1382, y el ingl. keel ya en 1352. La fuente última parece ser el escandinavo; sólo hay cierta dificultad fonética, que puede eliminarse suponiendo que se emplearía el plural kilir con sentido colectivo a causa del hecho de que varios maderos son necesarios para formar la quilla. En cuanto al neerl. kiel, que también ha solido tomarse como punto de partida de la voz fr. e ingl., con el sentido de ‘quilla’ no parece encontrarse antes del último tercio del S. XVI, y antes no tiene otra ac. que la de ‘tipo de buque grande’: en realidad en los dos sentidos se trata de dos vocablos distintos (vid. Kluge, s. v. kiel 2 y 3) y sólo en el segundo parece ser voz genuina en neerl.: en el otro será préstamo del ingl. o del fr. Vid. Sjögren, Rom. LIV, 395-6; comp. Hjalmar Falk, WS IV, 34; FEW II, 726.