QUERELLA, del lat. imperial QUERLLA (clásico QUERLA) ‘queja, lamento’, ‘reclamación’, derivado de QUĔRI ‘quejarse’.

1.ª doc.: Berceo, y docs. coetáneos.

Aparece, p. ej., en los Mil., 86c; V. además Oelschl.; es voz común en toda la Edad Media (Apol., J. Ruiz; APal. 402d; Nebr., etc.) y Siglo de Oro, y sigue empleándose en poesía y en prosa de estilo elevado, así como en el tecnicismo jurídico, y en muchas hablas populares. Aunque falta en M-L., es indudablemente voz hereditaria en cast. y port., quizá también en fr.; acaso en oc. y cat.1. En latín la forma QUERELLA está en los mejores mss. de Tito Livio (p. ej. I, pref., 12, ed. Teubner), en el gramático Diomedes, etc.; éste atestigua formalmente que esta variante se pronunciaba con (igual que el clásico QUERLA), y las grafías griegas corresponden en parte a esta pronunciación, vid. Heraeus, ALLG XIV, 401. En castellano la ac. ‘pelea, disputa’ es grave galicismo, nunca arraigado (aunque últimamente se le agrega el anglicismo).

DERIV.

Querelloso [Berceo; APal. 164b; Nebr. «querulus»]. Querellarse [Berceo y docs. coetáneos; nótese la construcción tr. en Berceo, Mil., 882d «toca tan querellada»]2; querellador; querellante.

1 En estos dos idiomas es discutible, pues la forma oc. ant. querelha, aunque ya comprobada por la rima en trovadores del S. XII, difícilmente puede explicarse de otro modo que como hispanismo; aunque es verdad que derivados propios como querelh, quereliu, etc., sugieren un arraigo popular en el idioma. En catalán no es popular en el Principado ni Mallorca, sí en el Reino de Valencia, donde ya se documenta en la 2.ª mitad del S. XV (Jaume Roig, en rima con vella, n. 10720; Tirant lo Blanc): en conjunto da la impresión de un castellanismo antiguo, pues toma incremento su empleo, aun en Cataluña, en los SS. XVI y XVII, de lenguaje tan acastellanado.―

2 Hoy sigue siendo popular en muchas partes; entre otras en el cat. del Maestrazgo, donde he anotado l’animal se querelle ‘se queja’: ahí puede ser aragonesismo.