PÓMEZ, del lat. vg. P֖MEX, -էCIS, variante, quizá dialectal o itálica, del lat. cl. PȢMEX, -էCIS íd.

1.ª doc.: APal.: «pumex: piedra pómice, muy ligera y espongiosa» 396d; piedra pómez, 1555, Laguna, Aut.; Covarr.

La forma pomice se halla en el S. VI, en Gregorio de Tours y en glosas latinas (CGL III, 544, 70, 581.18, 589.12). Como indicaron Mohl (ZRPh. XXVI, 618) y M-L. (Introd. § 106), quizá sea adaptación de una forma osca; ésta, observan Ernout-M., debió tener OI, y se explicaría su generalización en latín vulgar por la circunstancia de que los grandes volcanes italianos se hallan en el Sur de este país. Luego habría que suponer que un osco *POIMEC- se latinizó tardíamente en PĶMEX (pues todas las formas romances suponen una O de timbre cerrado) por la falta del diptongo OI en latín. La posibilidad de tal adaptación no es evidente, pues la O de dicho diptongo era breve y es difícil asegurar si sería abierta o cerrada en osco. Por otra parte, la abreviación de la vocal antepenúltima de los esdrújulos latinos es un hecho frecuente, del cual reúno una veintena de ejs. en mi artículo de NRFH 1956: así que probablemente habrá que partir más bien de un lat. vg. PŬMEX. De ahí proceden las varias formas romances: it. pómice, fr. ponce, cast. pómez, port. pomes1; pedra poma se alteraba en el gallego de Marín en pe de pomba (propiamente ‘pie de paloma’) ya en tiempo en Sarm. (CaG. 86r) pues no parece que haya por qué enmendar el manuscrito.

DERIV.

Apomazar. Pumita, derivado culto de pūmex.

1 No hay razón para suponer con M-L. (REW 6844) que la forma cast. esté tomada del francés. El it. postula también O cerrada, y lo mismo cabe decir del calabr. pùmice. En América, donde la -z suena como -s, se ha tomado pómez por un plural, y así se ha dicho piedra poma (Carrizo, Canc. Pop. de Jujuy, s. v.).