PUNA, del quich. púna ‘tierras altas de la Cordillera’.

1.ª doc.: fin del S. XVI (1585, L. Capoche, Potosí (Nougué, BHisp. LXVII); J. de Acosta; Rel. Geográfica de 1586); Acad. 1925, no 1884.

Lenz, Dicc. 647-8; Friederici, Am. Wb., 531. J. de Acosta y Baltasar Ramírez (1597) dicen explícitamente que puna es término propio del Perú, que designa los páramos o tierras altas frías y despobladas; la Relación Geográfica de 1586 y B. Ramírez declaran que es voz de la lengua de los indios, y en efecto ya figura en el dicc. quichua de Gonz. de Holguín (1608) con la definición «la sierra, tierra fría y abierta a los cuatro vientos» (con el compuesto punaruna ‘serrano, habitante de la sierra’); Middendorf «la altiplanicie de la Cordillera». En este sentido es frecuente desde el S. XVII acá, y sigue empleándose hoy desde la Arg. y Chile hasta Colombia. En la ac. ‘malestar de que se sufre por la rarefacción del aire a grandes alturas de la Cordillera’ sólo lo han empleado algunos viajeros de los SS. XIX y XX, pues no es término popular, al menos en la Arg. y Chile: en la parte sureña y central de estos países se dice apunamiento y en el Norte soroche1.

DERIV.

Apunarse ‘sufrir del malestar ocasionado por la altura’ [1875, Zorobabel Rodríguez, Dicc. de Chilenismos]; apunamiento (falta Acad. 1936).

1 La descripción de Amunátegui, reproducida por Friederici, no corresponde a los síntomas que he observado muchas veces en compañeros míos. No sufrían de opresión ni de tos, sino de extrema debilidad, acompañada de vómitos y de incapacidad de tomar alimento.