PRIVAR, del lat. PRզVARE ‘apartar (de algo)’, ‘privar, despojar’.
1.ª doc.: 1251, Calila, 68.252, 36.596; APal. 63b: «cassare es vaziar y privar y castrar»; el part.-adj. privado ya en Berceo.
Problema semántico delicado presenta el adverbio ant. privado ‘prontamente, presto’, muy usual en los SS. XII-XIV: Cid; Sta. M. Egipc., 938; Berceo, Mil., 805a, S. Dom., 38, S. Or., 10; Alex., 157, 2158; Yúçuf 26b; Vida de S. Ildefonso, 669; J. Ruiz 953, 1184c; Rim. de Palacio, 1061; etc. C. Michaëlis, RL III, 181, hace referencia a la existencia de priado en port. ant. y le supone derivado del lat. prius ‘antes’, lo cual es difícil en lo semántico, más en lo formativo e inaceptable fonéticamente1.
Meyer-Lübke (REW, núm. 1297) admite que es préstamo del oc. ant. abrivat, -ada, ‘rápido, impetuoso’, derivado de briu ‘brío’; la idea de M-L. es muy defendible y acaso sea cierta, a condición de admitir que al entrar en cast. se alteraría por una etimología popular que lo relacionara con privado ‘particular’, pues abrivat en cat. ant. aparece a veces empleado como adverbio o con una función predicativa muy semejante a la del adverbio: «el comte Nuno vench abrivat vers ells», Desclot, y en el Facet (S. XIV) v. 22, donde Morel-Fatio lo traduce «rapidement» (Rom. XV, 221). Por otra parte, Levy registra en oc. ant. la variante brivar «presser», con la cual es probable identificar briar «raccourcir». Esta etimología tendría además la ventaja de explicar fácilmente la variante priado, que no sólo es portuguesa, sino muy extendida también en el cast. medieval: «¡guay de las frutas e de los árboles e de las bestias salvajes que las comen!, que priado perecerán» Calila (Rivad. LI, 66); Fn. Gonz., 563; Gr. Conq. de Ultr., 273; J. Ruiz 953; Sem Tob, 366; Danza de la Muerte, 619 (y otro pasaje), y todavía en Nebr. («aquello mesmo es que presto»). Esta variante sin -v- pudo ya nacer en lengua de Oc (quizá en relación con el étimo célt. *BRզGOS), y parece hallarse en el citado briar «raccourcir», o bien pudo originarse más acá de los Pirineos por influjo del cast. brío.
A pesar de estas consideraciones la etimología queda en fuerte duda, pues cuesta creer que sea extranjerismo un vocablo tan general en la Edad Media cast., y de sentido tan elemental; y siendo así que, de todos modos, debemos echar mano de la etimología popular PRIVATUS para explicar el cambio de forma del vocablo, es natural que se haya pensado en derivarlo sencillamente de este étimo, como ya lo hizo M. P., Cid, 810. Y en efecto hay para ello varios caminos semánticos practicables. Forzado es el de Baist (KJRPh. IV, 312) partiendo de privado *‘manso’ (comp. fr. aprivoisé), bajo el supuesto de que ven privado se dijera a los animales en el sentido de ‘ven manso’ > ‘ven sin resistencia’ > ‘ven en seguida’; Spitzer (RFE XX, 170-1) recuerda que privat o a privat vale ‘en secreto, a escondidas’ y per privat ‘en particular’ en oc. ant., à privé ‘en particular, en la intimidad’ en fr. ant., y parte de cavalgar privado ‘ir en calidad de propio, o mensajero particular’, de donde ‘como correo expreso’ y ‘rápidamente’, comparando el tren expreso y el alem. expresse ‘correo’. En MLN LXXII, 1957, 586, 587, agrega Spitzer argumentos en apoyo de su interpretación de privado ‘prontamente’.
Esto ya es probable y desde luego podemos admitir que contribuiría este orden de ideas; pero me parece importante notar que en el Duelo de Berceo privado vale en forma clarísima ‘fácilmente’: «el seso de los omnes flaco es e menguado, / non vale contra Dios un tiesto foradado; / lo ál, non á raíz e fallece privado, / que lo que Dios ordena, esso es ordenado» (198c): ahora desde ‘en particular’, ‘especialmente’, no era difícil que se llegara a ‘fácilmente’, y desde éste se pasa continuamente a ‘en seguida, pronto’, que es el valor que tenía pri(v)ado en muchos casos; entre otros de los ejs. aducidos arriba, nótese el de Calila y Alex., 1550. Creo es ésta la solución preferible. En cuanto al argumento de la pérdida de la -v- no es en manera alguna decisivo contra el étimo PRIVATUS, ya que pudo intervenir una mera disimilación de labiales, como en vianda de VIVANDA o en oc. ant. viatz ‘pronto’ de VIVACIUS, tanto más fácilmente cuanto que en tal adverbio la pronunciación debió ser muchas veces harto descuidada (sobre todo en la voz de mando ¡priado!). Un vocablo dialectal del NO. me parece presentar el mismo fenómeno en un descendiente adjetivo de PRIVATUS: Astorga estar priadicu «encontrarse muy enfermo, inútil», prior «alterar, echar a perder» (A. Garrote), maragato «pues, ¿qué tienes entonces?... ¿Estás priadica?» (BRAE III, 54), Beira priar-se «damnar-se, enraivecer-se», «foi urna caminhada priado, pelo caminho nƟo havia nem urna chisca d’áugua, só gôgos [‘piedras’] e mais gôgos» (RL II, 251, 243): de privado se pasaba fácilmente a ‘tullido’, ‘inutilizado’.
DERIV.
Privación. Privada ‘letrina’ [‘cloaca’, ‘tubo de cloaca’, Vidal Mayor; APal. 236d; Nebr. «latrina, tristega»; Buscón, Cl. C., p. 30]; privadero. Privado [Berceo, V. arriba]. Privanza [Berceo, Mil., 746b]. Privativo [fin S. XVI, Aut.].
CPT.
Privilegio [Berceo, Mil., 866d, donde parece ser ‘influencia’; previllejo, trad. de Gower, Conf. del Amante, 3, 70, 326; «previlegio, ley para uno»], tomado de privilegium, compuesto con lex en el sentido de ‘ley privada’; privilegiar [prev-, Nebr.]; privilegiado [íd.]; privilegiativo.
1 La comparación con el tipo port. louvar LAUDARE, ouvir AUDERE, es inoportuna, pues la -v- se desarrolla bien tras vocal posterior, pero nunca tras i. La propia D.ª Carolina reconoció después que esta etimología era muy dudosa (KJRPh. IV, 346). ↩