Pizpireta está ya en Terr. y en Acad. (ya 1884, no 1843),
pispireta en dos autores de fin del S. XVIII, R. de la Cruz y L. F. de Moratín (vid. Ruiz Morcuende). Ya la Acad. reconoció la relación con
pezpita, pero no hay que tomarla en el sentido de que sea derivado del nombre de este pájaro, sino de que ambos vienen de una misma raíz expresiva, que en ambos casos indica la vivacidad de movimientos. Hay voces sinónimas de ‘pizpireta’, de formación algo diferente pero siempre con la misma raíz: bilb.
pispita (Arriaga) íd., alent.
pespeníga «rapariga que replica sempre ao que se lhe diz» (
RL IV, 69), alem.
fisperlein ‘chica vivaracha’, sic.
pispisetta íd. (Schuchardt,
ZRPh. XL, 607), canar.
pispa íd. (
BRAE VII, 338), colomb.
pispo ‘remilgado’ (Cuervo,
Ap.7, p. 649); de ahí el verbo
pispear ‘mirar y escuchar curioseando’ arg. (muy usual en Mendoza; lo emplea Montiel Ballesteros, diario
Los Andes, 11-VIII-1940), en el Litoral y el Norte
pispar íd. (Justo P. Sáenz,
La Prensa, 6-VII-1941; Carrizo,
Canc. de Jujuy, s. v.), cat.
pispar ‘hurtar, quitar disimuladamente’, port. dial.
bispar,
pifar o
bifar íd. (Vila Real, el último aun en Lisboa:
RL XI, 296, 295; XIL 115;
VKR X, 17; comp. el alem.
stibitzen, de formación análoga). Con sentidos más distintos, aunque del mismo orden: alem.
pispern, ingl.
whisper, cast.
bisbisar ‘cuchichear’; y pasando de la agudeza figurada a la física: cespedos.
pispote ‘pico saliente de un objeto’ (
RFE XV, 261). El arg.
tala pispa o
pispita (Fausto Burgos,
La Prensa, 19-V-1940, 9-XI-41, 18-111-45), como nombre de una especie de este arbusto americano, más que a sus espinas, quizá se refiera a la curiosa propiedad que tiene la
jarilla pispita ‘Larrea nítida’ de orientar sus hojuelas y ramitas de norte a sur (J. E. Báez, diario
Los Andes, 14-VII-1940), que le merecería el dictado de ‘vivaracha’.
En cuanto al nombre de la aguzanieves, conocida es la actividad continua e inquieta de este pajarillo, cuyo nombre con frecuencia coincide totalmente con las formas locales del adjetivo ‘pizpireta’: canar. pispa (l. c.), sic. pispisa, etc.; es inaceptable, por lo tanto, la etimología PէCE PICTA ‘pintada de pez negra’, que propone la Acad. (y aceptó Morawski, RFE XXIV, 140); nombres análogos de la aguzanieves son port. pespita, sardo titispisa (VRom. I, 155-6); el mozár. pizpizáir ‘pajarero’ (PAlc.; Schuchardt, ZRPh. XXXIII, 463n.) se basa en una onomatopeya semejante. Pezpita «motacilla» está ya en Nebr., Oudin y en Cervantes, P. Urdemalas y El Rufián Viudo (ed. princ., fols. 211r y 226v); pezpítal o pezpítalo en Oudin, pizpita Acad. (ya 1817), and. pipita; pizpitillo (Acad.); bizbita «paxaro, por el sonido del canto» en Rosal (Gili).
Netamente onomatopéyico es el gall. paspallás, -pallá, -pallar o parpallar ‘codorniz’ (Sarm. CaG. 91r y en otros escritos, p. 229). La voz del ave con su repetición característica, cantando en los campos segados se parece realmente a esas sílabas, que en gallego significarían ‘panes y paja hay’ como en otras partes se cambian en alguna frase alusiva a la siega realizada y que suena parecidamente: ast. bon-pan-ay (Sarm.), salm. buen-pan-hay, cat. blat-segat.