PIRÁMIDE, tomado del lat. pyrămis, -ĭdis, y éste del gr. πυραμίς íd.

1.ª doc.: 1570, C. de las Casas (sólo en la parte it.-cast.; † 1578; Aldana (fem.) (C. C. Smith, BHisp. LXI).

Después aparece en J. de Acosta (1590), Lope, Tirso y Calderón. En estos tres autores es masculino: «aquesta cueva / que en pirámides altos destas peñas / naturaleza eleva» (Condenado por desconfiado I, i, ed. Losada, p. 101), «cada piedra un pirámide levanta» (La Vida es Sueño III, vii, p. 74); según Cuervo (nota 23 a la Gram. de Bello) este género es constante en Lope. Hoy sigue diciéndose vulgarmente un pirami en la Arg. (Draghi, Canc., p. 237); pirame está en autores gauchescos desde princ. S. XIX (BDHA III, 83); estas formas son también vulgares en otras partes. Pirámides ‘las piernas’ en germanía [1609].

DERIV.

Piramidal, J. de Mena (Lida, p. 268).