PICHÓN, tomado del it. merid. piccione íd. (hoy extendido a toda Italia con el sentido de ‘palomo’), que procede del lat. tardío PզPէO, -ĶNIS ‘pichón’, derivado de PIPIARE ‘piar’.
Aparece también en Góngora (1610), Cervantes (1615), Covarr., Oudin, Huerta (h. 1625), etc., pero falta no sólo en las fuentes medievales, y en APal. y Nebr., sino todavía en Percivale (1591) y en C. de las Casas (1570), quien traduce el it.
piccione por
palomino, la vieja denominación castiza. En Italia
piccione ‘paloma, -o’, es palabra de uso común desde el Ariosto por lo menos, y en el Sur conserva hasta hoy el significado etimológico de ‘pichón’, ‘cría del palomo’: así calabr.
picciuni, napol.
pཙccionཙ. Allí lo aprenderían los españoles en el S. XVI, y desde allí se propagó a toda Italia, pues el tratamiento fonético de
-P?- como
Ƈ sólo es normal en el Sur de Italia (hasta cerca de Roma) y luego en Liguria y algunos puntos del Piamonte; el tratamiento toscano es
-ppଖ- y en efecto la vieja forma toscana era
pippione, todavía empleada en muchos puntos de esta región y ya documentada en el S. XIV (G. Villani). Este origen del it.
piccione ha sido indicado correctamente por Rohlfs,
Hist.
Gramm.
d.
it.
Spr. I, 464.
M-L. (REW 6522a) se desorientó admitiendo que así el castellano como el italiano tomaron el vocablo del oc. pijoun; el cual, por lo demás, no es castizo, sino tomado del fr. pigeon ‘palomo’ (procedente de una variante *PIVIONE del lat. vg., en relación con la onomatopeya PIU, Barbier, RLiR I, 326): pero está claro que la Ȥ francesa, que difícilmente podía dar la ch castellana, de ninguna manera podría explicar la cci del italiano.
En América se amplía el sentido de pichón, aplicándolo a las crías de cualquier ave (salvo la gallina), pichón de canario, de gaviota, etc., en Cuba (Ca., 102), y aun de ciertos mamíferos en la Arg.