PESEBRE, del lat. PRAESୱPE ‘establo’, ‘pesebre’.
1.ª doc.: Berceo.
Para pesebre en el sentido de ‘belén’, vid. Cuervo, Ap.7 p. 467; y A. Rosenblat, en el libro Buenas y Malas Palabras, y en el folleto Temas Navideños, Caracas 1973, pp. 35-41; se emplea con este sentido, además del dominio catalán, en alguna zona de Aragón, Navarra y quizá alguna más en España, y por otra parte en vastas regiones de América del Sur (desde el O. de Venezuela y toda Colombia hasta las tierras del Plata y parte de Chile). Contra el origen portugués admitido por Rosenblat, está la grave objeción de que en portugués esto se dice presépio y no pesebre (allí en esta acepción es italianismo directo). El hecho de que en España las figuras del belén fueran introducidas por artistas valencianos (S. XVIII) y luego murcianos (según documenta el propio Rosenblat) puede indicar más bien que en la España oriental y en América se introdujo desde Valencia (en ese sentido quizá tenga razón Cuervo al creerlo de origen «catalán»).
El raro presepio es cultismo, tomado de la variante lat. praesepium.
DERIV.
Pesebrejo ‘pesebre pequeño’, ‘vacuo en que están encajados los dientes del caballo’2. Pesebrera [Nebr.]. Pesebrón.
1 Sin embargo el val. pesebre (con -s- sonora) significa ‘pesebre’ en el sentido propio (cat. menjadora, grípia) y parece sea mozarabismo autóctono. En el resto del dominio es sólo ‘belén’, se pronuncia pessebre con sorda, y puede ser castellanismo o más bien (por razones geográficas, dado que no es castellano en esta acepción) tomado del valenciano «apitxat».― ↩
2 ¿Vendrá de una forma portuguesa equivalente, y en parte en forma castellana, el port. persevejo, trasm. persevelho (RL XIII, 122) ‘chinche’, gall. percevella íd. (Sarm., copla 1082; CaG. 91r, 129r; aunque algún dicc. reciente da percebello m. como también gallego, ib. p. 228), animal que debe abundar en estos lugares? (comp. el gall. ant. perseve ‘pesebre’); otra etimología, propuesta por Spitzer, AILC I, presenta graves dificultades. ↩