PERICOTE, ‘rata grande del campo’, arg., boliv., per., ecuat., origen incierto; aunque la repartición geográfica y la semejanza con ciertas voces de origen quichua hacen pensar en un origen incaico.

1.ª doc.: «los grandes, que llamamos ratas y pericotes», 1642, Padre Cobo II, 283.

También habla de los pericotes Lozano (1745) en la Historia de la Conquista del Paraguay I, cap. xi (tomo I, p. 278). Este animal constituye una verdadera plaga agrícola en la provincia de Mendoza (Sabella, Geogr. de Mendoza, p. 131; diario Los Andes, 24-VI-1940). O. di Lullo dice que es voz quichua conocida en todo el Noroeste argentino (Canc. de Sgo. del Estero, p. 427); Lemos, Semánt. Ecuat., dice que son ratas grandes, en la región Andina. Lafone Quevedo, Tesoro de Catamarqueñismos, escribe acerca de pericote: «piripiri es ‘perdiz pequeña’ y cuti ‘en vez de’; de suerte que puede ser ‘en lugar de perdiz’; confr. chili-cote ‘grillo’, umu-cuti ‘lagarto’»; sin embargo, después de proponer esta etimología quichua, dice que es probable sea voz cacana (lo cual no es posible dada la extensión geográfica a otros países), y acaba sospechando un arcaísmo español. Quizá, pero realmente el área del vocablo hace pensar en el quichua. No figura, empero, en Lira ni en González de Holguín; en quichua ‘rata, ratón’ se dice ucucha, y ‘rata de campo’ pampa ccuhui. Es verdad, sin embargo, que en este idioma piri (Lozano) o piri-piri es ‘francolín, ave parecida a la perdiz’; y el quichuísmo de las voces catamarqueñas chilicote y umucuti parece seguro: chillicu es ‘especie de cigarra negra’ en González de Holguín, y el Padre Cobo llama chillicutu al grillo; umucuti ‘lagarto’ es compuesto de umu ‘hechicero’ y cútic ‘el que hace las veces de’ (cuti es ‘vez’ en quichua), y en efecto en una patena incaica hallada en la provincia de Catamarca el ídolo solar está rodeado de lagartos. Quizá se dijera piri-cútic con el valor de ‘comparable a un francolín, grande como una perdiz pequeña’.