PEREZA, del lat. PէGRէTէA íd., derivado de PէGER, -GRA, -GRUM ‘perezoso’.

1.ª doc.: Berceo.

También en Juan Manuel y Juan Ruiz; de uso general en todas las épocas, y común a todos los romances gálicos e ibéricos; gall. perguiza (Castelao 32.18), etc.

DERIV.

Perezoso [Berceo]: ha reemplazado a PIGER en todos los romances expresados; gall. perguiceiro (Castelao 191.8f.). Perecear. Emperezar [med. S. XIII, Apol.: Cuervo, en Bol. Caro y C. VI, 269-70; Nebr. «desideo; pigreo, pigresco; pigritor»]; desemperezar [Nebr. «desidiam vel segnitiam excutio»]. Desperezarse [«el beudo despertó e començó de espereçarse», Conde Luc., ed. Knust. 292.1; desperezar, h. 1400, glos. del Escorial, esperezar glos. de Toledo y de Palacio, traducidos por un verbo que significa ‘bostezar’]1; gall. esperguizarse (el gallo joven que se pasea en torne a una gallina coqueta, Castelao 231.2); desperezo [Celestina, vid. nota]. Cultismos. Pigro [h. 1435, J. de Mena]; arag. pigre [Aut.]; pigricia. Impígero.

1 Más tarde aparece en el Corbacho: «levantadvos...; e avosteçando, esperezándose e estendiendo los braços responde...» (ed. P. Pastor 93.11); «pandiculari es desperezar, ca los que bocezan muchas vezes doblegan todo el cuerpo y se fazen pandos» APal. 337d; «esperezarse: exporgere membra», Nebr.; en el mismo sentido aparecen desperezarse y esperezarse en Cervantes (vid. Pagés) y otros clásicos, y el primero sigue hoy siendo de uso general. Lo más natural es que esta ac. sea la primitiva; sin embargo, es notable el sentido en que el vocablo aparece en la Celestina, donde evidentemente vale ‘despertar, excitarse’; cuando Melibea en sus salidas nocturnas despierta a sus padres, comentan ellas: «LUCRECIA: Poco estruendo los despertó; con gran pavor hablavan. MELIBEA: No ay tan manso animal que con amor o temor de sus hijos no asperece» xii, Cl. C. II, 92.22 (claro que no es asperecerse ‘hacerse áspero y bravo’, como pretende aclarar Cej., pues el contexto exige subjuntivo, y así el verbo es asperezar: la a- es secundaria, comp. cub. asperezo «esperezo», Pichardo, p. 20), «la redondeza y forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podrá figurar? que se despereza el hombre quando las mira» l.r acto, ed. Foulché, p. 16. También en el Buscón parecería que el verbo signifique ‘despertarse, terminar el sueño’: «los demás durmieron hasta las once de la noche; y desperezándose mi tío preguntó que qué hora era» (Cl. C., 184.4); y el sustantivo desperezo en la Celestina es ‘pasmo’, ‘extremo’: «aquellos açucarados besos, aquella final salutación con que se me despidió: ¡con quánta pena salió por su boca! ¡con quántos desperezos! ¡con quántas lágrimas... de aquellos claros y resplandecientes ojos!» (xiv, Cl. C. II, 129.16); ac. que corresponde a la de ‘excitar’ que hemos observado en el uso que da dicho clásico al verbo: ahora bien, la idea de ‘excitar’ es evolución de la de ‘despertar’ (recuérdese lo que significaba excitare en latín). Si ‘despertar’ fuese, de acuerdo con estos casos, el sentido inicial de nuestro vocablo, sería difícil separarlo del oc. ant. espereisser, fr. ant. esperir ‘despertar’, procedentes de EXPERGISCI, y habría que preguntarse si esperezar no es metaplasmo de *esperecer, prolongación de este verbo en castellano; tanto más cuanto que en la Celestina, en APal. y en los glosarios aparece usado como intransitivo. El cambio de conjugación sería fácil de justificar, pues la gran mayoría de los verbos en -ecer derivan de radicales bien claros: envejecer, dentecer, enrojecer, florecer, adolecer, enloquecer, y entre los en des- o es-: esclarecer, esmorecerse, desvanecer, etc. En cambio un *esperecer, o no se relacionaba con nada, o si se relacionaba con perecer esto daba un resultado absurdo; por esto instintivamente había de tenderse a relacionarlo con pereza; sin embargo, todos los verbos denominativos en es- o des- pertenecen a la primera conjugación (desordenar, deshonrar, desmoronar, etc.), ninguno absolutamente a la segunda, de suerte que se imponía el cambio de *esperecer en (d)esperezar, y esta entrada definitiva en la órbita de ‘pereza’ había de precipitar el cambio semántico de ‘despertar’ en ‘estirar los miembros’; mi sospecha de que este vocablo perteneciera originariamente a la 2.ª conjug. podría corroborarla el verbo emperecer ‘darle pereza a uno’ que aparece en el Alex.: «todos andan por nostros sólo que prender los queramos / non vos emperezca, amigos e hermanos, / nunca avrán pobreza los que escaparen sanos» (1184aO; sin correspondencia en P). He querido exponer esta idea por si en lo venidero se hallasen otros hechos que la confirmen; por ahora, sin embargo, he de reconocer que no me convence del todo, pues también se podía pasar de ‘estirar los miembros’ a ‘despertarse enteramente’ y luego ‘excitarse’, comp. el fr. ant. esperecier «éveiller, exciter» (que God. documenta en el glos. de Salins con traducción expigefacio), y sobre todo el port. espreguiçar, espri-, despri- ‘desperezar’ (ya en Bento Pereira, a. 1672), gall. espreguizar ‘desperezar, estirar los miembros bostezando’ (Carré), esperguizare, espriguizare, -zarse, ‘desperezarse’ (Schneider, VKR XI, s. v.), que comprueban la derivación de PIGER.