PEPITORIA, ‘guisado que se hace con los despojos del ave’, alteración de petitoria, y éste del fr. antic. petite-oie íd., propiamente ‘ganso pequeño’, así llamado por hacerse con los menudillos de esta ave.

1.ª doc.: 1591, Percivale («the giblets of a goose, or of any other fowle or bird»).

Está también en Oudin («un mets ou fricassée de gésiers, foyes, bouts d’ailes, testes et cols de volailles»), en Góngora («ô qué donaire, ô qué historia / para un doctor de estornudos, / que le pagan en menudos / quando no es en pepitoria», poesía de 1613, ed. Foulché II, 147), en el Celoso Extremeño de Cervantes, etc. En éste hay la variante manuscrita petitoria, que es la primitiva. Aut. define todavía «guisado que se hace de los despojos de las aves», y sólo recientemente ha admitido la Acad. que puede hacerse también con todas las partes comestibles. En Quevedo designa los menudos mismos, sin guisar: «estaban todos los agujeros poblados de brújulas: allí se veía una pepitoria, una mano o un pie...», Buscón, Cl. C., 269-70. Demostró la etimología arriba enunciada Hilderose Schlayer, RFE XVIII, 36-37. La expresión francesa en cuestión es usual en varios autores del S. XVI, en Agrippa d’Aubigné, etc., y especialmente en Rabelais (hablando de una mujer que pega a su marido): «et luy battrois tant et «estant sa petite oye (ce sont bras, jambes, teste, poulmon, foye et ratelle)... que le grand diole en attendroit l’âme damnée à la porte»; Oudin traduce peti(t)e oüe por «grossuras», petite oye «grossuras, menudillos»; y del francés procede el ingl. pettitoes «giblets», documentado desde 1555. En castellano hubo paso de petitoia a petitoria por asimilación a un sufijo más frecuente, y además influjo de pepita.

DERIV.

Otros vocablos castellanos que contienen el fr. petit ‘pequeño’ (voz de creación expresiva). De ahí se tomó petís «nombre que se suele poner a un perrito, vale tanto como pequeño» (Covarr.); cast. de Galicia petís «pequeño, niño; rapaz (cuando yo era un petís de seis años)» (Álvz. Giménez; BRAE XIV, 128); Herrero Mayor (La Nación de B. A., 1-XI-1942) cita un dicho gallego «Luis petís tiene un grano en la narís»; Jovellanos menciona un ast. petissa aunque sin definirlo (RFH V, 226n.1); port. chulo petís, petisa (Leite, Philol. Mirand. I, 329; M. L. Wagner, VKR X, 35n.2), Alfándega da Fé petís, -isa «rapazito, rapariguita» (RL XIV, 300), Pernambuco petiz «menino ou criança» (Pereira da Costa); finalmente de ahí salió el arg. petiso ‘poney, caballo enano’1, y posteriormente ‘hombre de pequeña estatura’2.

CPT.

Otros compuestos del fr. petit. Petimetre [Aut., med. S. XVIII, T. Villarroel (Nougué, BHisp. LXVI)], de petit-maître íd., propte. ‘maestro chico’; no es exacto que haya caído en desuso, como asegura Baralt. Petigrís, del fr. petit gris ‘gris pequeño’. Peticanon o peticano del fr. petit canon. Pitiminí (rosal de ~), del fr. petit y menu ‘menudo’. Pitipié [1633, Lz de Arenas, p. 46; Aut.] ‘escala cartográfica o arquitectónica’, de la locución adverbial fr. au petit pied ‘en pequeño’ (réduire qqch. au petit pied).

1 Ya lo emplea Sarmiento, observando que en Chile en lugar de esto dicen mampato.―

2 A veces incluso hablando de objetos: «arboledas petisonas» en M. Booz, diario Los Andes, 15-IX-1940; «la iglesia petiza», Guiraldes, D. S. Sombra, ed. Espasa, 135.