PELIGRO, del antiguo periglo, descendiente semiculto del lat. perīcŭlum ‘ensayo, prueba’, ‘peligro’; derivado del mismo radical que perītus ‘experimentado’ y experīri ‘practicar experiencias’.

1.ª doc.: Berceo.

Así periglo como peligro se hallan en los mss. de Berceo. La primera de estas formas se ve también en otros textos del S. XIII (Fuero Juzgo, Fuero Real, Buenos Proverbios) y no desaparece hasta bastante tarde, pues todavía se lee en las Constituciones de Cartagena, de 1323-69 (G. Soriano, p. 196). Observa Cuervo, Obr. Inéd., p. 241, que según las leyes de Grammont la alteración de las líquidas en esta palabra no se explica en peligro, aunque sí en los derivados peligrar y peligroso; sin embargo, debe tenerse en cuenta que en el castellano primitivo el pueblo repugnaba a grupos del tipo gl, cl, desaparecidos del lenguaje vulgar gracias a la fonética histórica castellana, de suerte que había tendencia espontánea a cambiarlos en gr, cr: de ahí perigro (Alex., 149; Rim. de Palacio, 213; otros testimonios en Cuervo), y después peligro por disimilación, invertida justamente por la resistencia popular contra el grupo gl1.

DERIV.

Peligroso [perigloso, Berceo, Mil., 317c; otros ejs. en Cuervo]. Peligrar [periglar, Berceo, Mil., 615].

1 La ac. ‘sima, abismo’ en la trad. de la Conf. del Amante de Gower (a. 1400), p. 235, es sospechosa de ser errata por piélago.