PAUTA, tomado del lat. pacta, plural de pactum ‘convenio, pacto’, que en la Edad Media tomó el sentido de ‘ley, texto legal’, de donde figuradamente ‘norma’, ‘aparato para escribir correctamente’.

1.ª doc.: G. Segovia (Nougué, BHisp. LXVII); Covarr. («una tabla a la medida de la hoja del papel, con unas cuerdas de vigüela delgadas, puestas en orden y regla, para que señalando con ellas la plana, escriva el niño derechos los renglones»).

De ahí pasó a Oudin (1616), aunque éste la describe sencillamente como «une certaine reigle a reigler le papier aux petits escoliers, pour leur faire escrire droit»: Aut. dice que es una «tablilla lisa, en que se fixan, en líneas rectas y paralelas, varias cuerdas de vihuela» y agrega que por medio de la pauta se señalan los renglones pasando un plomo. Casanova en 1650 explica que en las escuelas de Madrid se usaban dos especies de pautas, de las cuales una es la descrita por Covarr. y otras «rayadas con tinta en papel,... que llaman falsas reglas»; Sobrino en 1705 dice que es «papier réglé qu’on met sous un autre pour écrire droit», o sea lo que hoy en España se llama comúnmente falsilla, pero que sigue denominándose pauta en Colombia, Asturias y Portugal (Cuervo, Ap., § 562).

Como ya vieron Rufino J. Cuervo y J. Cornu (GGr. I2, p. 993) pauta viene del lat. pactum, por vía culta, con la pronunciación semipopular del grupo ct como Ȯt, tal como, p. ej., en auto de actum, y en los vulgares caráuter, intauto, etc. (BDHA I, 223); en su sentido primitivo pacto se pronunció también pauto por la gente vulgar, p. ej. en el andaluz Fernández Ávila, S. XVIII (BhZRPh. LXXII, 218), o en portugués (Cornu, l. c.).

En el aspecto semántico no debemos partir de un pactum ‘constitución’, como supone Cuervo, ni pensar en una especie de transfusión semántica de regla ‘orden religiosa’ y ‘rectángulo estrecho para trazar líneas rectas’ a pactum, que en bajo latín tomó alguna vez el sentido de ‘profesión monástica’ (de donde ‘matrícula o catálogo de los religiosos de un convento’), como sugiere Spitzer (RFE XVI, 152-3); podemos partir sencillamente de pacta ‘leyes, textos legales’, que es frecuentísimo en el latín medieval, como puede verse en Du C. (pactum francorum, pactus legis alamannorum, pacto sáleco, etc.): de ‘ley’ se pasaría a ‘regla, norma’ y de ahí al sentido material de la pauta o falsilla. Las acs. figuradas ‘norma para gobernarse’ y ‘dechado, modelo’ podrían ser primitivas, puesto que la última ya se encuentra en Polo de Medina (Aut.), h. 1640, pero quizá sean debidas más bien a una nueva traslación semántica, esta vez desde lo concreto a lo abstracto.

DERIV.

Pautar [Covarr. «reglar música»]; frecuente desde el S. XVII: «en el celeste volumen / de once hojas, cuyo cuaderno / a líneas de estrellas pautan / caracteres y luceros...» Rojas Zorrilla (La Viña de Nabot, ed. T. A. E., p. 262); Calderón, El Mágico Prodigioso; fig. ‘cruzar con un bofetón’, Quiñones de B., NBAE XVIII, 815b. Pautado. Pautador.