PABELLÓN, tomado del fr. ant. paveillon ‘tienda de campaña’, que vino del lat. PAPILIO, -ĶNIS, ‘mariposa’, y más tarde ‘tienda de campaña’.
También lo escriben con
v Nebr., Covarr., etc., y ésta era la grafía común según
Aut., aunque los académicos la desecharon por razones etimológicas; es también general en portugués (
pavilhão). Como la
ll castellana revela un extranjerismo, esta
v es prueba clara de que se tomó del francés antiguo, en calidad de término militar y cortesano, aunque allí el antiguo
paveillon ha sido reemplazado por
pavillon; también en catalán antiguo y moderno predomina la grafía con
-v-2, que no es ajena tampoco a la lengua de los trovadores, aunque en éstos predomina la variante indígena
pabalhon. Otra forma catalano-occitana
papalló (p. ej. en el rosellonés Bernat de So, 1.ª mitad S. XIV,
Rom. LIV, 41; Timoneda,
BRAE V, 509) presenta el mismo tratamiento que el duplicado
papalló ‘mariposa’, explicable por la conciencia del carácter expresivo y reduplicativo de esta palabra;
papallón se empleó también en aragonés: invent. de 1487,
BRAE IX. Del sentido etimológico ‘tienda de campaña’, documentado en APal. (y en textos de los SS. XVI y XVII,
Aut.), se pasó a ‘dosel que cubre una cama’ («
pavellón de cama: papilio», y especialmente «
pavellón de red para mosquitos: conopeum», Nebr., íd. APal. 91
b; también en Argensola, princ. S. XVII,
Aut., y en el citado pasaje catalán de Timoneda), ‘dosel que cubre un trono’ (
Aut.), y de ahí ‘bandera con las armas de la Corona’ (
Aut.); por otra parte, desde ‘tienda’ se pasó a ‘glorieta, emparrado’ [1641, Arteaga,
Aut.], y luego ‘edificio aislado’. En latín
PAPILIO ‘tienda de campaña’ se halla ya h. el a. 200, en Tertuliano (según Walde-H., desde Ovidio), y es frecuente desde princ. S. IV (
ALLG XII, 259-60): es ac. que se explica fácilmente por comparación de la mariposa con la tienda agitada por el viento.