OVEJA, del lat. tardío OVէCŬLA, propiamente diminutivo de OVIS ‘oveja’.
1.ª doc.: orígenes del idioma (obellga [= o༠éྊa], doc. arag. de 1090 [Oelschl.]; oveja; Cid, etc.).
Bien conocido en todas las épocas y lugares (aunque hoy en algunos es más popular borrega, o se emplea de preferencia el nombre del macho). Cej. IV, § 114. Común a todos los romances gálicos e hispánicos; el primitivo OVIS se ha conservado sólo en rumano; para documentación latina del diminutivo, vid. RFE VIII, 407; Walde-H.; Nebr. registra las variedades siguientes: «oveja merina: ovis mollior; o. grossera o burdalla: ovis hirta; o. lampiña: ovis apica».
DERIV.
Ovejero [J. Ruiz]. Ovejuela. Ovejuno [1224, M. P., D. L., 30.10; APal. 158d; Nebr.]. Derivados cultos de ovis: óvidos; ovil; ovino.