ORÉGANO, del lat. ORզGNUM y éste del gr. ƺρίƔανος íd.

1.ª doc.: APal. 84d, 330b.

Está también en Nebr. («orégano, ierva conocida: origanum; or. serpol: tragoriganum»), en Laguna y es voz de uso general1; conservado en port. o(u)régão, gall. ourégano culto y ourógo más popular (Sarm. CaG. 94a, 132v, A179r), cat. orenga (< oréngan con la n final propagada a la sílaba tónica)2 e it. règamo, con numerosas variantes dialectales (REW 6099). Las formas romances postulan una base con է que no está de acuerdo con las indicaciones de los léxicos clásicos. Aunque M-L. se limita en su diccionario a dar la medida ORէGNUM sin explicaciones, la cantidad con զ está fundada, aunque es verdad que en latín sólo aparece en verso una vez y en autor algo tardío (Sereno Samónico, S. III), pero en griego son igualmente frecuentes las grafías ƺρίƔανος y ǞρείƔανος, lo cual ya indica una vocal larga, y el vocablo sale varias veces en los yambos de Aristófanes3. Sin embargo, es posible que se trate de una voz tomada por el griego a otro idioma, quizá alterada por una etimología popular4, junto a la cual pudo coexistir otra forma prosódica con i breve5.

1 Se emplea en varias frases proverbiales: orégano sea [Aut.], no es orégano todo el monte ‘no todo es fácil’ (Acad.); esta última se convierte en la Arg. en se le hizo el monte orégano ‘le pareció todo demasiado fácil’, ‘tomó excesiva confianza’.―

2 Ya aurenga en un texto catalán judío, medio occitano, de h. 1375, Rom. XLIX, 382.―

3 Por lo menos en el verso 603 de Las Ranas la vocal larga es clara.―

4 Lo tradicional es creer que ƺρίƔανος es un compuesto griego, con el sentido de ‘esplendor (u ornato) de las montañas’. A ello correspondería bien tanto la forma ƺρίƔανος como ƺρείƔανος, pues hay varios compuestos de ƽρóς con las dos formas. Sin embargo, observa Boisacq que esta planta era oriunda de África y que de allí es probable se tomara su nombre.―

5 No veo otra explicación. M-L. explica la è abierta italiana admitiendo que es forma impopular en Toscana, tomada del Sur de la Península; por lo demás, la forma asturiana es asimismo oriéganu (Rato, Vigón); Bertoldi, RLiR II, 140 (en un largo artículo que es fundamental para el estudio de los nombres romances del orégano), insinúa que ORIGANUM sea en todas partes voz poco popular, tomada de la terminología botánico-farmacéutica; esto es indudable en el caso del fr. origan, oc. ant. origami, origan. Pero claro que esta circunstancia, que explicaría una i en lugar de e, no nos saca de apuro cuando lo inesperado, y lo que tenemos de hecho, es una e. Es verdad que las palabras impopulares están más sujetas a alteraciones por contaminación o cruce, y así es probable que la -m- italiana y occitana se deba al influjo de dictam(n)um, y seguro que el arag. ortícano (citado por G. de Diego, RFE IX, 148) es debido a un cruce con ortica ‘ortiga’. Pero no se ve qué otro nombre de planta pudo ser causa de una alteración tan general como la que estoy comentando (dictamnum sólo ha dejado descendencia culta y con í en romance); a no ser que se trate de los numerosos nombres de planta formados con AURէCULA, en romance y ya en latín (oreja de ratón, etc., V. larga lista en el FEW I, 180-1), lo cual explicaría al mismo tiempo los diptongos ou- y au- de la forma portuguesa y catalano-occitana (que de todos modos puede explicarse de otras maneras). Sin embargo, esto es dudoso.