ORÉGANO, del lat. ORզGହNUM y éste del gr. ƺρίƔανος íd.
1.ª doc.: APal. 84d, 330b.
1 Se emplea en varias frases proverbiales: orégano sea [Aut.], no es orégano todo el monte ‘no todo es fácil’ (Acad.); esta última se convierte en la Arg. en se le hizo el monte orégano ‘le pareció todo demasiado fácil’, ‘tomó excesiva confianza’.― ↩
2 Ya aurenga en un texto catalán judío, medio occitano, de h. 1375, Rom. XLIX, 382.― ↩
3 Por lo menos en el verso 603 de Las Ranas la vocal larga es clara.― ↩
4 Lo tradicional es creer que ƺρίƔανος es un compuesto griego, con el sentido de ‘esplendor (u ornato) de las montañas’. A ello correspondería bien tanto la forma ƺρίƔανος como ƺρείƔανος, pues hay varios compuestos de ƽρóς con las dos formas. Sin embargo, observa Boisacq que esta planta era oriunda de África y que de allí es probable se tomara su nombre.― ↩
5 No veo otra explicación. M-L. explica la è abierta italiana admitiendo que es forma impopular en Toscana, tomada del Sur de la Península; por lo demás, la forma asturiana es asimismo oriéganu (Rato, Vigón); Bertoldi, RLiR II, 140 (en un largo artículo que es fundamental para el estudio de los nombres romances del orégano), insinúa que ORIGANUM sea en todas partes voz poco popular, tomada de la terminología botánico-farmacéutica; esto es indudable en el caso del fr. origan, oc. ant. origami, origan. Pero claro que esta circunstancia, que explicaría una i en lugar de e, no nos saca de apuro cuando lo inesperado, y lo que tenemos de hecho, es una e. Es verdad que las palabras impopulares están más sujetas a alteraciones por contaminación o cruce, y así es probable que la -m- italiana y occitana se deba al influjo de dictam(n)um, y seguro que el arag. ortícano (citado por G. de Diego, RFE IX, 148) es debido a un cruce con ortica ‘ortiga’. Pero no se ve qué otro nombre de planta pudo ser causa de una alteración tan general como la que estoy comentando (dictamnum sólo ha dejado descendencia culta y con í en romance); a no ser que se trate de los numerosos nombres de planta formados con AURէCULA, en romance y ya en latín (oreja de ratón, etc., V. larga lista en el FEW I, 180-1), lo cual explicaría al mismo tiempo los diptongos ou- y au- de la forma portuguesa y catalano-occitana (que de todos modos puede explicarse de otras maneras). Sin embargo, esto es dudoso. ↩