ORZA I, ‘vasija de barro’, del antiguo orço y éste del lat. ŬRCĔUS ‘jarro’, ‘olla’.

1.ª doc.: orzo, 1112 (Oelschl.); orço, S. XIV, refrán aragonés: «tanto va el orço al agua, entro que lexa nel fondo el anssa» (RFE XIII, 371); orca, J. Ruiz.

Orço está también en el Libro de los Enxemplos de Sánchez de Bercial, de h. 1400 (Rivad. LI, 515), y en APal., que también emplea orça (329b, 515d), pero en cuanto a orço observa que es una vasija pequeña («bacchia son pequeños orços» 41b; 75b, 263b, 284d, 329b; «urceus es orço para traer agua» 537d). Ésta debía de ser la diferencia, como que orça hubo de crearse en calidad de aumentativo del masculino correspondiente, según ocurre tantas veces (comp. jarro y jarra, dedo y deda, etc.). Orça es ya la única forma registrada por Guillén de Segovia (1475; p. 80) y por Nebrija. Cej. V, § 145. Del mismo origen el it. orcio, y los femeninos fr. ant. orce, oc. orsa, val. orça (M. Gadea, Tèrra del I, 15, 81, 239; Almela, Vocab. de la Ceràmica de Manises, 410). El étimo no es ORCA, como supusieron Aldrete (Origen, 472) y otros, aunque así este vocablo como URCEUS parecen tener un origen único, y son afines del gr. ǪρχƓ , sea en calidad de préstamos trasmitidos por el etrusco, sea como voces procedentes todas de un cuarto idioma mediterráneo.

DERIV.

Orzuela [orçuela, h. 1500]1.

1 Para este testimonio y para la cualidad sorda de la interdental de orça, vid. Cuervo, Obr. Inéd., 405; pero no hay por qué partir del diminutivo según quiere este erudito.