OLVIDAR, del lat. vg. *OBLզTARE, derivado de OBLզTUS, participio de OBLIVISCI íd.
1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, Berceo, etc.).
*OBLզTARE, aunque no documentado, es la forma perpetuada en todos los romances (salvo el italiano, que echó mano de dimenticare).
DERIV.
Olvidadizo [1399, Gower, Conf. del Amante, 177; APal. 34d, 241d; Nebr.] u olvidadero (ant. y raro) u olvidoso (íd.). Olvido [Berceo], derivado de uso general en todas las épocas y común a todo el galo e iberorrománico; también se dijo olvidança (Rim. de Palacio, 747; APal. 8b, 17b, 147b, 24d, 316d; en Nebr. junto con olvido).
1 El corrector gramatical de La Prensa de B. A., 24-VIII-1943, censura a Rodríguez Marín por haber escrito «a Cervantes se le olvidó hacerlo»; no sé si porque esta construcción ha salido del uso en aquella ciudad, o por una de las preocupaciones seudo-lógicas (en realidad galicadas) que tanto estrago hacen en los maestros de castellano de aquel país. En el Interior argentino creo haber oído esta construcción. Sabido es que es cervantina («olvidábaseme decir», Quijote I, xii, 37), y el clasicista ecuatoriano Juan Montalvo no vaciló en titular su obra «Capítulos que se le olvidaron a Cervantes». Mucho más extraordinario es cuando Lope se permite dar a olvidar el valor factitivo: «a todos marabilla / que una humilde labradora / te olvide de ver agora / una reyna de Castilla», La Corona Merecida, v. 287. ↩