ODIO, tomado del lat. ŏdĭum ‘odio’, ‘conducta odiosa’, de la misma raíz que ōdisse ‘odiar’.

1.ª doc.: Berceo.

Poco empleado en la Edad Media; vuelve a aparecer en APal.1 y en Nebr.; frecuente en el 2.° cuarto del S. XV (C. C. Smith, BHisp. LXI). No es raro en los clásicos. Pero aborrecimiento, más popular, sobre todo en lo antiguo, sigue haciéndole fuerte competencia hasta la actualidad.

DERIV.

Odioso [Corbacho, Mena (C. C. Smith); APal., V. arriba; Nebr.; Ant. de Guevara, etc., en Aut.], de odiosus íd.; odiosidad. Odiar [1607, Oudin; Covarr., y en varios autores poco posteriores, Aut.; en poesía de Góngora sin fecha; pero falta en APal., Nebr., Percivale, Quijote y C. de las Casas, quien traduce el it. odiare sólo por aborrecer], derivado quizá tomado del it. odiare; hoy en castellano sufre aún mayor competencia de aborrecer que el sustantivo correspondiente, pero ya ha logrado popularidad considerable2. Cast. ant. oianza ‘odio, fastidio’ (Berceo, S. Dom., 133; comp. en cat. ant. el sustantivo oi ‘odio’ y el verbo ujar ‘cansar, fastidiar’).

1 «Enemigo odioso y aborrecible por el odio que concibe contra alguno», 332d.―

2 Nótense construcciones populares como «a mí me odia tener que madrugar», donde es impersonal; así en Cespedosa, RFE XV, 249.