La forma no adaptada
ocelotl se documenta con frecuencia desde Fr. B. de Sahagún (1575); como voz náhuatl figura ya en Molina (1571). Robelo, 621, 625; Friederici,
Am.
Wb., 454-5. Con la letra
c o
ç (
z en fin de sílaba) se representaba un sonido sibilante sordo, probablemente africado y quizá predorso-postdental, equivalente aproximado de la
ç del castellano antiguo (
BDHA IV, 171, n. 4).
Es extravagante la idea de derivar ocelote del lat. ocellus ‘ojuelo’ (Acad.).