OBENQUE, ‘cada uno de los cabos gruesos atados a la cabeza de un mástil, para reforzarlo’, tomado del fr. ant. hobent (o hobenc) y éste del escand. ant. höfubendur, plural de höfubenda íd., compuesto de benda ‘cuerda’ y höfu ‘cabeza’.

1.ª doc.: h. 1573, E. de Salazar, ed. Biblióf. Esp., 41.

Jal cita ej. de obenque en 1732, y de obencadura h. 1620; en las pp. 334 y 700 agrega otros de obenque de esta última fecha. Está también en G. de Palacio. Aut. lo cita en el Vocab. Marítimo de Sevilla, de 1696. En portugués ovém. En francés se escribe hoy hauban, pero en los SS. XII y XIII se halla varias veces hobent (Vie de Saint Gilles), hobenc (Benoit), hobens (Wace; otro ms. hobans); la grafía hobans no está asegurada hasta un texto de 1359 (God. IX, 760); en cuanto al moderno hauban no aparece hasta el S. XVI (auban) o XVII (hautban): se debe a confusión con palabra diferente, hautban, término forense (compuesto de haut ‘alto’ y ban ‘prohibición, multa’).

Propuso Jal (p. 820) como etimología el neerl. hoband íd., primitivamente hoofdband, compuesto de hoofd ‘cabeza’ y band ‘atadura’. Esta etimología en lo esencial es cierta y la han seguido los varios etimologistas (Diez, Wb., 612; M-L., REW, 4155; Nyrop, WS VII, 97; Gamillscheg, EWFS; Bloch-W.); sólo es posible dudar en cuanto a los detalles fonéticos, y al idioma germánico preciso que proporcionó el vocablo al francés. Contra el neerlandés se puede observar que el vocablo no aparece hasta la fase media de este idioma, y ya con la grafía hobant, de suerte que bien podría ser forma tomada del francés. Por esta razón vacila Diez entre el neerlandés y el escand. ant. höfubenda, del mismo significado y formación que la palabra neerlandesa; Nyrop, Gamillscheg y Blach-W. se deciden por aquélla, M-L. por ésta.

En cuanto al escandinavo, tiene la ventaja de explicar mejor la forma con e del francés arcaico y del castellano, mas presenta por otra parte el inconveniente de su género y terminación femeninos. La duda se aclara tomando en cuenta que casi siempre se habla de los obenques en plural, y en este número dice el escandinavo höfubendur. Con razón parte Hjalmar Falk de esta forma como étimo de la voz francesa; vid. WS IV, 59, donde cita varios testimonios del vocablo en antiguas sagas. Está claro que los normandos y franceses tenían conciencia de que la -r escandinava era el signo de plural correspondiente a la -s romance, así que el vocablo, dada su apariencia masculina en plural, había de ser romanizado en *hovobends (la -f- nórdica se pronunciaba -v-), que pronto pasaría a ho(v)ben(d)s. Las terminaciones -ent y -enc apenas se distinguían ya en el francés de los SS. XII-XIII, y desde luego ya se confundían en el plural; no es, pues, extraño que el castellano adaptara la palabra en la forma obenque, siguiendo probablemente el ejemplo de los intermediarios gascones, que trasmitirían la palabra a España (hoy bordelés auben, Mistral, con una diptongación secundaria de la inicial, muy frecuente en las modernas hablas gasconas).

DERIV.

Obencadura [1587, G. de Palacio, 148r°; h. 1620].