NUERA, del lat. vg. N֊RA, que sustituyó el lat. cl. NŬRUS, -ȢS, íd.
1.ª doc.: doc. de 979 (Oelschl.).
Dos teorías se han venido disputando la explicación de la forma NORA: según unos la Ŭ pasó a ֊ en virtud de la conocida ley fonética latina (F֊RE < FŬ-SE; ROB֊RIS junto a ROBUR) y esta forma normal NORUS se conservaría en latín vulgar (luego modificada en NORA a causa del sexo femenino), mientras que el latín clásico prefirió la forma excepcional NŬRUS, debida a una especie de metafonía causada por la -U final: así opinan Sommer, Densusianu, Ernout (Éléments Dialectaux, 204, y Ernout-M.) y Niedermann (ASNSL CXIV, 456); mientras que M-L. (ASNSL CXXIV, 381-2; REW 6000), Walde-H. y otros (V. este último diccionario) prefieren explicar N֊RUS y luego N֊RA por una contaminación de S֊CRUS (luego S֊CRA) ‘suegra’, quizá ayudada por N֊VIA ‘novia’1. Importantes detalles acerca de la extensión romance de las variantes latinas: Jud, VRom. XI, 238.
Las razones que se pueden invocar en ambos sentidos tienen valor poco probatorio: p. ej. no es decisivo decir que si N֊RUS fuese arcaico y fonético deberíamos hallar más testimonios de esta forma y más antiguos, pues ignoramos en muchísimos casos por qué una forma quedó relegada al lenguaje vulgar, y una vez esto sucedía es natural que falte en los textos de un idioma de tendencias tan aristocráticas como el latín; al fin y al cabo N֊RUS y N֊RA están ya documentados en la Antigüedad. Alguna mayor verosimilitud me parece prestar a la opinión de M-L. la flexión NŬRUS, -ȢS, prueba irrefragable de que en latín este vocablo estuvo desde antiguo bajo un fuerte influjo de S֊CRUS, -ȢS, pues las demás lenguas indoeuropeas postulan formas correspondientes a SNUSO- (gr. νυóς, arm. nu, nuoy) o a SNUSଵ (scr. snuɊā, ags. snoru, etc.), pero no a un *SNUSU-; en apoyo del influjo de novia se puede citar la forma noria que aparece en ciertos dialectos italianos (VRom. XI, 238n.2), pero tampoco esto es decisivo.
1 Nada ganamos, desde luego, con la nueva idea de Rohlfs (Hist. It. Gr., § 68) de explicar N֊RUS (de donde luego N֊RA) por influjo de un *S֊RUS, vulgar en vez de SOROR ‘hermana’. Pero la existencia de dicho *SORUS es inverosímil y las formas dialectales italianas que le atribuye Rohlfs no justifican esta hipótesis; V. mi reseña, actualmente en prensa, de su libro. ↩