NARIZ, voz común al castellano con el portugués, que en catalán, lengua de Oc e italiano designa cada una de las ventanas de la nariz; del lat. vg. NARզCAE, de este significado, resultante de un cruce de NARES íd. y ‘nariz’ con NASզCA ‘de nariz afilada y puntiaguda’.

1.ª doc.: doc. leonés de 1171 (Oelschl.).

Lo común, sobre todo en lo antiguo, es que narizes aparezca en plural: así en Apol. 528d (‘nariz’) y en J. Ruiz, 242b; en J. Ruiz, 1013c, quizá indique todavía las ventanas de la nariz; en 434a aparece ya el singular la nariz afilada. APal. distingue entre nariz (6b, 186d), significado moderno, y narizes (295d, 296b) ‘orificios de la nariz’ («naris, singular, cada una de dos forambreras» ibid.). Cej. VI, § 55. Sólo en Nebr. conozco el uso de nariz como masculino («nariz aguileño, nariz romo»), lo mismo que en portugués, donde es moderno igual que antiguo («a boca e o nariz», Ctgs. 404.60, etc.), incluyendo el gallego. Ya en catalán nariu es sólo ‘ventana de la nariz’ (en lo antiguo a veces naril, f.1; hoy comúnmente nariu, m.); el conjunto del órgano se llama nas, de NASUS. Algo análogo ocurre en lengua de Oc y en italiano (le narici, frente a il naso). Esta distinción semántica abarcaría primitivamente los idiomas iberorromances, pero éstos perdieron posteriormente naso2, generalizando el uso de narizes, que sin embargo siguieron empleando en plural, aun cuando se refería a todo el órgano. NARICES se encuentra ya en latín vulgar, aplicado a las ventanas de la nariz: «de naso haec naris, huius nmis, dicitur, plurali haec narices» (CGL V, 573.16; comp. Keil, Grammatici Lat. II, 222. 11; IV, 15.29 ss.; ALLG IV, 129). Esta forma resulta de una nueva pluralización del nominativo plural NARICAE, que se tomó por un singular (= NARզCE); en cuanto a NARICAE, singular *NARզCA, parece venir ya de un cruce de NARES ‘ventanas de la nariz’ y ‘nariz’ con NASզCA ‘de nariz afilada’; para todo esto vid. Ascoli, AGI XIII, 283ss.; M-L., R. G. Il, p. 456s.; comp. Zauner, RF XIV, 359-613.

DERIV.

Narigudo [Nebr.], derivado *NARզCȢTUS, que hubo de formarse ya en latín vulgar; de ahí narigón; gall. narigola ‘la que tiene nariz larga’ (Sarm. CaG. 222v); narigada; nariguera; narigueta; nariguilla; desnarigar [Nebr.]. Narizón; narizota; narizudo. Nares [Berceo, Signos, 40, asegurado por la rima], ant., ‘nariz’, del lat. NARES íd.; J. Hidalgo lo registra en su Vocab. como voz jergal.

Naso (V. arriba). Derivados cultos: nasal, nasalidad, nasalizar, nasalización. Nasardo. Nasudo.

CPT.

Nastuerzo [Acad. 1899 o 1914]4, o más comúnmente mastuerzo [mest-, 1385, López de Ayala, Caza de las Aves, p. 348; masluerço, Nebr., y así mismo Laguna, Fragoso, Covarr. y Aut.; Oudin da, además, el cultismo nasturcio; Cej. VI, § 55], del lat. NASTŬRTէUM íd., que suele interpretarse como compuesto de nasus y tortus ‘torcido’ (para el diptongo, comp. vergüenza, agüero, etc.); quizá ya existía la variante con M- en latín vulgar, puesto que en el CGL II, 127.46, figura nasturcium entre las palabras de M- inicial; en todo caso, esta variante se extiende al port. mastruço, gall. mestruzo (Sarm. CaG. A180v; Vall.; etc.), napol. ant. masturçe (S. XIV, Wiener Sitzungsber. CVI, 534, 616), sic. mastrozzu, campid. martuzzu (comp. logud. nastruttu, galurés nastruzzu); Jud, Rom. XXXVII, 464, sospecha origen semítico a causa de esta alternancia inicial (comp. mappa, mana, mespila, malva, el nombre del Nilo y quizá el sardo nuraghe = muraghe); menos probable parece una disimilación de dentales, como la admite Leite de V. (RL III, 304n.2), o un cruce con el cat. morritort (de formación paralela a NASI-TURTIUM), como quiere Brüch (ASNSL CXXXIII, 365)5; vid. además Guarnerio, Rom. XXXIII, 63.

1 Así Oliver, Excitatori, 106.―

2 El cast. clásico naso (ejs. en Aut.) es término burlesco tomado de otro romance, seguramente el italiano.―

3 El jergal napia ‘nariz’ [Acad. 1925 o 1936], bilbaíno según Arriaga, es una de las acostumbradas deformaciones germanescas, pero alcanza gran extensión territorial, pues napa se extiende por el Véneto, Lombardía y Emilia, napio en Bérgamo, nappi en Milán, napi en Val Soana, nappone en Toscana; no se ve por qué razón los declara Zauner, RF XIV, 360, «de origen desconocido». Cat. jergal y familiar narípia. Burgalés y nav. mempa ‘nariz’. Enteramente descaminado es derivar estas voces jergales del lat. MAPPA ‘servilleta’, con GdDD 4147; en cuanto a suponer un germ. *NABJA, como hace en 4536, es absolutamente desprovisto de fundamento; más variantes en 4592, derivadas ahí de un inexistente germ. NIF ‘nariz’.―

4 De esta forma algo rara ha de resultar (por confusión con la n de un) el antiguo estuesço del Libro de los Cavallos del S. XIII (88.26).―

5 Quizá más bien contaminación de marrubium u otro nombre de planta latino.