NARANJA, del ár. nāránǤa, y éste del persa nârang1 íd.
1.ª doc.: J. Ruiz, 862b (ms. G, fines del S. XIV; el otro ms. trae mançana, conforme con la rima).
DERIV.
Naranjo [h. 1330, J. Manuel, L. del Caballero, Rivad. LI, 252b15; Nebr.]; en este sentido se emplea naranjal en ciertas provincias de la Arg. (Draghi, Canc. Cuyano, 547), naranxal en Asturias (Vigón), naranjel en otras partes de aquel país (Tucumán, Rioja, San Juan: I. Moya, Romancero II, 186, 185, 184; Borcosque, A través de la Cordillera, 93). Naranjada. Naranjado o anaranjado (en este sentido parece emplear dos veces aranjado el inventario arag. de 1362, BRAE III, 91). Naranjal [Nebr.]. Naranjazo. Naranje adj. ‘de color de naranja’ ant. («bruneta prieta e naranje» en las Cortes de Jerez de 1268, RFE VIII, 29). Naranjero (para la ac. ‘trabuco’, vid. Ascasubi, S. Vega, v. 3825, en Tiscornia, Poetas Gauchescos; Villador, Mundo Argentino, 1-III-1939). Naranjilla; naranjillada. Naranxina ast. «variedad de manzana pequeña y de mala calidad» (Vigón). Anaranjear. Auranciáceo, derivado culto del lat. mod. aurantia, latinización del fr. orange.
1 Por lo general se cree que el persa lo tomó del scr. narangáɅ íd., de procedencia índica autóctona (quizá de una raíz dravídica que significa ‘olor, perfume’, vid. Mayrhofer, Et. Wb. d. Aind.). ↩