MINIO, tomado del lat. mĭnĭum ‘bermellón’.

1.ª doc.: 1616 (o 1607), Oudin; 1680, Pragmática de Tasas (Aut.).

Por lo demás, en latín parece ser voz de origen ibérico (Bertoldi, NRFH I, 145; Walde-H., s. v.), pero al castellano llegó desde el latín, por vía culta. Del correspondiente adjetivo minius, -a, -um, ‘bermejo’, viene seguramente el nombre del río Miño.

DERIV.

Miniar [Acad. ya 1817], tomado del it. miniare ‘pintar con minio’; miniatura [1708], del it. íd. (de donde pasó también al fr., y de ahí al inglés, en el S. XVII, ASNSL CXIII, 445); como las miniaturas suelen ser de pequeñas dimensiones, se le hace abusivamente sinónimo de ‘objeto diminuto’, vocablo con el cual no tiene relación etimológica; miniaturista.